Si no fuera por el frío glacial que se vivirá en Suiza a la hora de inicio del partido, el termómetro rondará los ocho grados bajo cero, se podría decir que el Deportivo juega esta noche en tierra conquistada. Bien se podría cambiar el ‘Galicia, miña terra’ por ‘Basilea, miña terra’. 70.000 gallegos residen en Suiza y muchos de ellos han dado muestras de apoyo al Depor en tierras helvéticas. Sólo 1.500 podrán respaldarle desde las gradas de Sankt Jakob Park, pero eso debe ser suficiente para un equipo al que no le vale otro resultado que la victoria.

Las dos primeras jornadas de Champions han disparado las alarmas de ambos equipos. El Basilea, con cero puntos, y el Deportivo, con uno, deben sumar de tres en tres si quieren seguir con vida. El que lo haga también sacará tajada del doble duelo entre Juventus y Manchester. Los de Irureta llegan con la baja de Mauro Silva ("de mayor influencia anímica que táctica", según Jabo). Sergio y Duscher taparán a Hakan Yakin, el Valerón del Basilea. Los suizos juegan con un atípico 4-4-2 con rombo, lo que en teoría da superioridad al Deportivo en la medular. Ahí, con su juego de toque, es donde debe desarmar a un rival muy terco que vive del entusiasmo de su grada y la habilidad de su dupla de delanteros argentinos.

Los suizos llevan más de dos meses jugando pachangas por culpa del parón invernal. Estarán mejor físicamente, pero les faltará ritmo, algo a lo que se agarra el Deportivo. Todo apunta a que Tristán guardará las espaldas a Makaay, siendo Luque la bala guardada en la recámara. El resto de miradas estarán puestas en Valerón, para quien las condiciones de juego (frío y terreno duro) no parecen las más propicias. Scaloni y Amavisca ocuparán las bandas y Makaay, que pelea esta edición de la Champions por el título de máximo goleador, la punta de ataque.

¿Tacos de goma o de aluminio en Suiza?

Pese a que sobre el césped del estadio de Sankt Jakob Park no ha caído nieve en los últimos días, el estado del terreno de juego preocupa al Deportivo. El estadio del Basilea cuenta con los últimos adelantos tecnológicos en cuidado de césped, pero las bajas temperaturas han dejado el campo algo duro. Por si acaso, los deportivistas han cargado con las botas de aluminio, las habituales, y las de tacos de goma, para terrenos especialmente duros.