Parece que en este Madrid "de las estrellas", tendremos que andar siempre en la duda de si los galácticos —relacionados con una galaxia, estrellas principalmente— valen más que el cuerpo del ejército: la infantería sólida y firme. Ayer los galácticos (salvo Raúl y Figo, brillantes y trabajadores) no estuvieron muy fulgurantes. Pero esa es la cosa galáctica. Ronaldo —fugaz casi todo el partido— de repente metió un gol, porque el talento sopla donde quiere.

Nos fiamos en el espíritu galáctico o preferimos un equipo sólido y firme? Un meteorito es lo contrario de un galáctico. Como cuerpo astral, la mayoría de los meteoritos se deshacen al entrar en la atmósfera, pero algunos entran. La no fácil tarea de Del Bosque es lograr que los galácticos se integren a la perfección dura de la infantería terrestre. Y evitar que esos mismos galácticos actúen sólo como meteoritos. El aficionado no puede esperar magia eventual; quiere magia firme y trabajada. Galácticos o astrales, nunca meteoritos por certeros que puedan aparentar.