El freno de mano

El freno de mano

Con el freno de mano. Así salió el Deportivo en el Sankt Jakob’s Park. Y por mucho que Makaay o Luque (que son muy buenos) pisaran el acelerador, sólo salía humo y se quemaba rueda. Irureta nos sorprendió a todos con Donato como pareja de Duscher. A falta de Mauro, debió pensar el míster, bueno es otro hombre de experiencia. Pero el bueno de Donato se pasó más tiempo ayudando en el área pequeña de Juanmi que en el círculo central o mirando a Zubi (diminutivo del impronunciable nombre del meta suizo).

Con esos argumentos, el Depor hizo lo que nos temíamos: recular y balones largos para ver si Makaay cazaba algo. Y a punto estuvo el holandés de convertir en gol el único telegrama que recibió. Si descubres tus miedos ante un rival de tan poca entidad, terminará quitándole la gorra al capitán. Y eso es lo que hicieron Giménez, Rossi y Yakin (golazo). Al Basilea, sólo con haber visto en el campo a Tristán y a Valerón además de a Makaay y Luque, le hubieran temblado las piernas. No supimos jugar con esa ventaja (¿anímica?). Y ahora no nos salen las cuentas. Ya habíamos contado los seis del Basilea.