Mientras los dueños del mundo se reparten en Iraq el pastel del petróleo que alimentará su economía, el Barcelona extrajo de Turín mucho más que oro negro. El botín blaugrana es de oro puro, de muchos quilates, porque encontró un rayo de esperanza donde sólo reinaban las tinieblas. El empate ante la Juventus deja abierta la eliminatoria de cuartos de final, incluso con cierta inclinación a favor del equipo de Radomir Antic, que vuelve a encontrar en la Champions League el ungüento para curar las heridas que le produce su tránsito por la Liga.
Un gol de Saviola, cuando el encuentro parecía escurrirse a favor de los italianos, silenció a los tifosi e hizo vibrar a los casi 600 hinchas del Barça que siguieron a los suyos hasta Turín. El Pibito, que hasta entonces había sido víctima de un Montero impecable, recibió de Reiziger y a la media vuelta hizo inútil la salida de Buffon.
Hasta entonces, el minuto 77, se habían cumplido las peores previsiones. Pendiente de Nedved, que tuvo a Motta colgado de él todo el tiempo (lo que le restó al Barça un jugador para el armado y el desborde por la izquierda), el equipo de Antic cayó en la trampa que le tendió la Juve. Con su habitual juego práctico y feo los de Lippi marcaron el ritmo. El partido nació lento y siguió así, sin que Xavi, el director de orquesta, fuera capaz de darle otro carácter, de sacarlo del tedio.
Monterazo. Era cuestión de esperar a ver quién cometía un error. Y fue el Barça. Al cuarto de hora, Nedved sacó un córner desde la izquierda, que cabeceó Montero, rechazó Reiziger bajo el larguero y remató Del Piero de chilena. Reaccionó Bonano, pero su despeje le cayó de nuevo a Montero, que esta vez con un derechazo contundente puso el 1-0 para la Juve.
Los italianos se movieron como por el living de su casa durante el resto del encuentro, sin que Riquelme, Kluivert ni Overmars encontraran el camino hasta Buffon. Pero entonces apareció Saviola, como Archibald aquella noche en el Comunale, y le devolvió al Barça la respiración que había perdido. Quedan 90 minutos. Con petróleo en el depósito, todo será más fácil.
EL DETALLE
Gabri se perderá la vuelta en casa
La amarilla que vio en el minuto 69, por un agarrón a Birindelli, le supondrá a Gabri perderse la vuelta, dentro de dos semanas. Esto obligará a Antic a retocar otra vez la defensa, con la entrada de Andersson.
