El triunfo de la modestia

El triunfo de la modestia

Me alegro por el gol que Manolo Canabal consiguió el domingo ante el Valladolid. Y me llena de alegría porque representa el triunfo de la gente humilde. Más que por el triunfo, porque ha sido una ocasión propicia para recalcar que este tipo de futbolistas también tienen su importancia en esta Liga de los Ases.

El delantero gallego es de esa clase de jugadores poco vistosos que tenemos en nuestro campeonato. Lo que le pasa a este pontevedrés es que es demasiado alto y que puede parecer antiestético. Además, no es de esos tipos que cae simpático, ni tiene un carácter extrovertido. Por eso no tiene grandes admiradores. Sin embargo, estamos hablando de un jugador muy profesional, de un tipo en los que yo suelo confiar siempre, porque acaban dando un muy buen rendimiento.

Lo que le ocurre a este tipo de jugadores es que el camino del triunfo se les abre lentamente. El domingo, Canabal disfrutó de su momento de gloria. Algunos pensarán que fue suerte, pero en Vallecas, mientras ven que su equipo se va irremediablemente hacia Segunda, aún recuerdan que ese desgarbado delantero se convirtió en el ídolo de la afición a base de goles y buen juego. No es el prototipo de delantero. Es un antihéroe del fútbol. Pero seguro que acabará triunfando.