Agujero en el vestuario

Agujero en el vestuario

Doce horas de la mañana de ayer. Periodistas de Málaga en los aparcamientos de La Rosaleda —porque aún no existe sala de Prensa— esperan una nota oficial de la plantilla para resolver el inconcluso y tedioso asunto de las primas. Minutos después de las dos de la tarde, mientras Nuestra Señora de los Dolores prepara su callejeo, el presente periodista en los aparcamientos de La Rosaleda recibe el comunicado de los jugadores y no le sorprende. Ya fue filtrado el día anterior. Mientras algunos hacen cola, otros se cuelan.

Personalmente, me importa un comino este asunto de las primas. Me interesa el Alavés, la salvación, la recuperación de Gerardo y que el año que viene no se desmantele el equipo. No lo que cobra o deja de cobrar un futbolista. De hecho, no hace mucho hablé con mi compañero Juan Jiménez sobre por qué es obligatorio pagar a un equipo por lograr la permanencia cuando clubes como el Racing de Santander —recién ascendido esta temporada— no cobran porque lo consideran una obligación. Aunque también es cierto que, en el año en que más méritos han contraído, los jugadores están dispuestos a percibir menos. Por cierto, me gustaría saber qué prima dio cierto periódico al jugador que le filtró la información. Creo que el vestuario anda buscándolo.