Fue la tarde P. P de Piterman, que sonríe aliviado con sus 36 puntitos. De Pino, Zamorano, que se cargó el partido con una expulsión absurda, la de Iker Begoña, y otra rigurosa, la de Bodipo. P de Pernía, desdichado elemento que se interpuso en la trayectoria del balón y provocó la derrota. Y p, por último, de parón, el que sufre el milagro del Recre, el milagro de Lucas Alcaraz. Qué pu..., dirán apenados y al únisono el gurú Lucas y sus esforzados seguidores.

Fue en un partido que nunca mereció perder el Recre, que apareció a ratos, qué ratos, cuando perdía la pelota un Racing de dominio ficticio. Guiaba Arpón, magistral en dos pases que primero Raúl Molina y luego nadie, en boca de gol, acertaron a convertir en ventaja. El Racing era un lápiz sin punta, no pintaba nada. Apenas una andanada de Benayoun y Javi Guerrero fue capaz de despertar a Luque del que estaba siendo un plácido letargo.

En esas apareció Pino (para mal, como siempre) y desaparecieron, extrañamente expulsados, Begoña y Bodipo. Y así murió el primer tiempo, 0-0 y 10 contra 10. Nadie daba un duro por los de Piterman, y menos cuando Raúl Molina mandó al limbo, solo como el Yeti en Siberia, otro servicio magnífico de un inspirado Arpón. Pero era la tarde p, decíamos. P de propia puerta, y, claro, de Pernía. El único jugador cuyo nombre empezaba por P que había en ese momento. Luego entraría Pineda, pero suponemos que Piterman le dio órdenes expresas de no acercarse a su propia área, por lo que pudiera pasar. Fue la pierna de Pernía, en un despeje tímido de Espínola, la que desgració al Recre.

Quedaba mucho tiempo, pero poca moral para unos onubenses a los que ya les cuesta un mundo marcar cuando el mundo está de su lado. Tuvo el empate en sus piernas Viqueira, de tiro lejano. Dos barullos dentro del área también rondaron la igualada. Al final, el único que rondó el gol de verdad fue Diego Alonso. Pero falló. Si en vez de Diego, se hubiera llamado, un suponer, Pedro...

EL DETALLE

El Recre rompe su racha victoriosa

Con la derrota ante el Racing, el Recreativo rompía una racha de siete partidos consecutivos sin perder. En este tiempo, los onubenses habían logrado cuatro victorias y tres empates, lo que le permitía (que mantienen) estar a punto de salir del descenso.