Beckham es el que falta

Beckham es el que falta

Muchos de los que piensan que Beckham es un jugador normalito tendrían mejor opinión si tuviera cara de rodaballo. Muchas de las críticas deportivas que recibe se enfocan a su doble condición de futbolista-modelo. Y se repite entonces que es un producto de marketing, un deportista corriente envuelto en celofán.

Pero su aspecto físico, que le sirve para ser un icono adolescente, no le ha hecho capitán de Inglaterra y titular del Manchester. Es hasta posible que su cara bonita haya sido un inconveniente. El fútbol aún presume de ser un juego viril en el que darte mechas es, cuando menos, un detalle sospechoso.

No me voy a poner yo a defender a los guapos (la envidia me lo impide) y tampoco diré que Beckham es un jugador desequilibrante equiparable a Figo, Zidane, Raúl o Ronaldo. Pero sí creo que es la pieza que le falta al Madrid para ser el club del mundo, el equipo favorito de los que les gusta el fútbol y de los que no.

Hay quien piensa que Beckham sería un motivo de distracción, olvidando quizá que potenciar al club como fenómeno social, además de deportivo, no haría más que rentabilizar su imagen y habíamos quedado en que este chiringuito no se mantiene vendiendo entradas. El negocio es espectáculo y resulta frívolo fiarlo a la inspiración.

Casi lo olvidaba, Beckham también sabe jugar al fútbol. Es mejor que Flavio y se adaptaría a la única posición por la que pierde aire el equipo. ¿Que quién correría entonces? El champán, el balón...