Lo dice la Prensa, pero la Prensa es canalla. Y lo dicen los rivales, pero los rivales son enemigos. Sin embargo, lo dicen también los números: falla la defensa. Seremos más exactos: falla algo en la defensa, en el modo de defender. Casillas, que debería ser el defendido, ha visto esta temporada cómo le han marcado, entre Liga y Champions, 15 goles con remates desde el área pequeña, disparos que no son del portero, fusilón, en el lenguaje del recreo. A esta distancia, el Madrid ha recibido goles en los últimos siete partidos. A bocajarro marcó Trezeguet y lo hicieron antes Eto’o, Carlitos, Gallardo, Van Nistelrooy, Luis Enrique...

De los 57 tantos encajados por el Madrid en las citadas competiciones, 41 han sido dentro del área (excluyendo cinco penaltis). El Mallorca, que metió cinco, disparó seis veces no más lejos de los once metros. La Juventus chutó cuatro veces a esa distancia y marcó uno a quemarropa.

Hay varias razones para explicar por qué los rivales del Madrid se cuelan hasta la cocina. Por un lado, la defensa se pega demasiado a Casillas. De esta forma, Hierro disimula su falta de velocidad, pero el campo se estira y se abren huecos al enemigo. Y no olvidemos que Hierro es el encargado de gritar ¡fuera!, chillido sagrado en el fútbol tierra (te pueden matar si no te sales).

Por otro lado, y más obvio, el Madrid paga el carácter ofensivo de sus laterales, especialmente de Roberto Carlos (no tan rápido como suele). Y por último, sólo hay un centrocampista que colabore con la defensa: Makelele.

Pero ser un equipo ofensivo no excluye habilidades defensivas, no es excusa. El poderoso Milán de Sacchi fue el amo de Europa tirando la defensa hacia arriba, achicando el campo. Jugaba (y gritaba) un tal Baresi, eso sí.

Sólo 11 de 57 goles encajados fuera del área

De los 57 tantos encajados por el Real Madrid entre Champions y Liga, sólo once han sido desde fuera del área, y de estos diez, cuatro fueron de lanzamientos de falta (dos en Champions y dos en Liga). Esto, que dice mucho de Casillas, porque para los suyos, delata lo fácil que es penetrar en el área del Madrid (que mide 16,5 metros de alto, como todos) y ponerse a pensar. El último ejemplo: Del Piero tuvo tiempo de controlar, amagar y disparar. El rechace lo controló Trezeguet, que estaba solo. Y gol. Parecido fue el tanto de Eto’o y muy similar el de Gallardo, después de que Reyes montara un campamento frente a Miñambres y Hierro. Y es que la falta de agresividad es otro de los aspectos que se podrían achacar al Madrid, excluyendo tal vez a Michel Salgado, el defensa más puro de cuantos hay en la plantilla.