Si existe el hombre, que levante el dedo

Si existe el hombre, que levante el dedo

A un extremo está el calcio, con su máximo cuidado del detalle, su culto a lo táctico y a lo físico, su sometimiento del talento al orden del grupo. Al otro extremo está Del Bosque y su Madrid, con sus galácticos jugando libremente, fiándolo todo al talento, dejando que el dibujo se componga sólo, como solución ecológica a la mezcla de estilos individuales. Y con un evidente abandono de lo físico. (Vemos cada año que el Madrid llega a este mes arrastrándose). La pregunta es si hay término medio y dónde está. Dónde encontrar el hombre que mezcle método de trabajo y galácticos a porrillo.

La pregunta se plantea, claro, porque el Madrid se desnudó en Turín: tras los galácticos no hay nada. No hay sistema, no hay físico, no hay suplentes que se responsabilicen de la situación cuando les toca a ellos. A la vista de lo de anteanoche, hay la tentación de añorar las virtudes que cultiva el calcio. Pero no podemos olvidar que de ese equipo huyó Zidane, porque no lo aguantaba. Y que de ese fútbol escaparon también en su día Roberto Carlos y Ronaldo. Y bien que nos gusta disfrutarlos ahora. Y si el Madrid contrata un Lippi, es fácil que se marchen corriendo, como vinieron.

La elección es difícil. ¿Dónde encontrar el término medio? ¿Dónde encontrar un hombre que asegure un sistema de trabajo serio y no choque con los galácticos? ¿Dónde encontrar un hombre que mantenga ilusionados a suplentes que tienen por delante a todo un Balón de Oro? La historia del fútbol está llena de casos Cúper-Ronaldo, Lippi-Zidane, Ferguson-Beckham, Van Gaal-Rivaldo... ¿Dónde encontrar uno que maneje a cinco galácticos y un capitán de colmillo retorcido sin recurrir a componendas peligrosas? Si existe ese hombre, que levante el dedo. Le contratará Florentino.