Es increíble la dinámica en que se haya el Málaga en esta recta final. Y no me refiero a los resultados, sino a la polémica de los temas estrella: primas y renovaciones. Déjenme decirles que, en este vaivén de noticias, todos, absolutamente todos, han colaborado. Cuando las cosas se dicen por la Prensa en vez de a la cara, está claro que algo no funciona. Ahora todas las partes están ofendidas y la pequeña herida ya se ha hecho tan grande que no la arregla ningún parche, sino más bien una operación. Operación que se está gestando, con una gran renovación de la plantilla y el cuerpo técnico. Los directivos dicen que están en todo su derecho de tantear el mercado y que no sólo seguirán hablando con jugadores, sino con entrenadores. Pero discrepo.

Cabría decirle a los fichadores que pongan en práctica aquel dicho: antes de entrar, dejen salir. Se olvidaron de lo principal. Aunque les asista el derecho a hablar, negociar y cerrar fichaje con quien quiera, antes deberían haber dialogado con los de casa porque, afortunados o no, con sus defectos y sus virtudes, se han hecho acreedores a saber antes que nadie,lo que les depara el futuro. Si el Málaga quiere ser algún día un club grande y con señorío, debería tomar nota y no volver a cometer estos errores de principiantes, que lo único que hacen es empañar todo lo bueno que había sucedido en esta gran temporada. Señores directivos, a veces no alcanza con ser honestos, hay que parecerlo.