Campeones en el Calderón

Primera | Atlético 0 - Real Madrid 4

Campeones en el Calderón

Campeones en el Calderón

J. aguilera, f. sevillano, a. aparicio, c. martínez, M. muñoz y a. gonzález

Recital de efectividad ante el Atlético. Ronaldo y Raúl, dos goles cada uno. La Liga ya tiene dueño

Salvo milagro, ya fuera de Padilla o Ibarretxe, el Real Madrid ganará la Liga. Necesitaba vencer en el Calderón y lo hizo, como antes venció en Valencia. Eran dos plazas con suficiente categoría para proclamar a un campeón y lo han proclamado. Porque el Madrid, a diferencia de la Real, no ha tenido miedo. No está el miedo entre sus defectos. Hace años que este equipo ya no tiembla.

Sin jugar mucho al fútbol el Madrid ganaba 0-3 a los 32 minutos. Cuando digo jugar al fútbol me refiero a eso de tocar en el centro de campo, abrir las alas y todas esas seducciones precoitales. El Madrid llegaba y marcaba. Y el romance daba igual. Esta es una característica propia de los muy guapos. Aparecen y triunfan. No les hace falta hablar y si lo hacen da igual que cuenten que se han cortado las uñas de los pies o que reciten el Cantar de los Cantares. Ellas se rinden obnubiladas. Y en el partido de ayer el Atlético era ella, animosa, pero ligerita tirando a facilona.

Es verdad que la defensa del Atlético es muy mala, cosa que también ayuda. Pero eso no resta méritos a la imparable exuberancia que despliega el Madrid a poquito que se ponga. Y no hablo sólo de las partes altas del equipo, conste, también de la portería. Porque Casillas salvó a los seis minutos un disparo raso de José Mari que tenía su ciencia porque venía botando y traidorzuelo.

Nunca sabremos qué habría pasado si aquel balón hubiera entrado. Y tampoco Ronaldo dio tiempo a imaginarlo, porque marcó inmediatamente después, a los siete minutos. Zidane se la puso, aprovechando que los defensas del Atlético se quedaban a medio camino de no sé dónde, alineados, eso sí, tirando el fuera de juego, pero a la basura. Ronaldo controló y empotró con la izquierda, así como lo hace él, que parece muy fácil.

No crean que el partido cambió. El Atlético siguió controlando el medio del campo, un poco a su manera, e incluso llegó con peligro en una internada de Luis García, que es un buen futbolista, aunque excesivamente preocupado por colocar su pelo en los límites de la diadema. Ya sé que parezco Ferguson, son los años.

A aquellas alturas del partido (más bien bajuras) daba la impresión de que lo único peligroso del Atlético podía llegar del emparejamiento de Torres con Hierro, ciertamente desigual, como quedó demostrado en un par de lances. Pero Torres, que es lo único del Atlético, no es suficiente. Porque si blandita es la defensa, la delantera no anda mucho mejor. A los diez minutos compruebas que necesitarían cientos de ocasiones para marcar un gol.

En el minuto 19, Figo se fue como en los viejos tiempos por la banda derecha. Superó a Sergi, que colaboró, y puso un balón magnífico al segundo palo que remató Raúl a bocajarro, también un poco como en los viejos tiempos.

El asunto estaba finiquitado. Y sin mucho fútbol, insisto. Sólo Ronaldo se empeñaba en convertir el partido en algo excepcional. Y no lo tuvo fácil, porque Coloccini sacó el hacha hasta que ya le dio un poco de vergüenza. Además iba a dar igual.

El brasileño tuvo ocasiones como para haberse ido con cinco goles, no exagero. Además participó, intentó cosas que estuvieron a punto de salirle y hasta robó una pelota en defensa, conquista que en su caso debería canjearse por un gol.

Fue una internada suya la que propició una jugada larguísima en la que Guti disolvió una manifestación en el borde del área con un pase a Roberto Carlos, solo en la izquierda. Su pase medio-chut (ya le conocen) lo remachó Ronaldo junto al palo: 0-3 a los 32 minutos.

Pero además de la falta de calidad de muchos futbolistas del Atlético (falta de calidad para ser del Atlético) hay otras explicaciones que ayudan a entender que no estuvieran a la altura de la pasión del partido. Esa actitud de Luis "de a mí me da todo igual" sumada a la inestabilidad del club ayudan muy poco a que los jugadores se sientan identificados con la camiseta, con el espíritu. Tal vez por eso no había rabia en ellos, no había derby. Su actitud no era la de aniquilar al eterno rival. En todo caso, amenazaban con llenarle el cuello de polvos pica-pica. Y vuelvo a los pelitos y a las diademas, como Fergie.

En la segunda parte ya no había historia: salió hasta McManaman. El Madrid en general y Ronaldo en particular siguieron disfrutando de ocasiones clarísimas, hasta que Raúl metió la última al desviar una falta que tiró Zidane. Se esperaba un infierno y acabó siendo un baile. El Madrid se proclamó campeón virtual en el vicente Calderón, que para pena de los atléticos no es el campo del principal enemigo, ya no.

Por cierto, consiguió todo eso el Madrid con Del Bosque en el banquillo. Un entrenador que no es sabio ni de Hortaleza, que no viste trajes de Armani y si los vistiera tampoco se daría cuenta nadie. Ni siquiera se parece a Paul Newman. Pero en tres temporadas ha ganado dos Copas de Europa y va camino de ganar su segunda Liga, si no hay milagro, ni Ibarrretxe ni Padilla.

Luis discutió con un aficionado

Después del cuarto gol madridista, las cámaras de Telemadrid captaron esta discusión entre Luis Aragonés y un aficionado del Atlético, que increpó al técnico desde la grada. Luis se levantó para ir a por él pero la cosa no pasó a mayores gracias a la intervención de un guardia jurado.

El 0-4, récord en el Calderón

El 0-4 de anoche es la victoria en Liga más abultada del Real Madrid ante el Atlético en el Vicente Calderón. Hasta el partido de ayer, el récord estaba fijado en el

1-4 de la temporada 96-97.