"Soy entrenador, no un policía"

Nos encontramos con Carlos Queiroz en Oeiras, a tiro de piedra de Lisboa. Volvió a casa para resolver un asunto particular y hoy ya estará de nuevo trabajando en Madrid. Confiesa que ha dormido poco, casi nada, y ha reflexionado mucho: "Mi inspiración ahora mismo es muy simple, es el Madrid. Florentino tiene un proyecto de futuro y ha depositado su confianza en mí. Mi obsesión es devolverle la confianza que me ha dado. Esto va a guiar mi vida de ahora en adelante".

Hablamos del deseo del presidente de imponer mano dura en el vestuario. Lo tiene claro: "El liderazgo por confrontaciones te da resultados sólo unas horas, pero no a largo plazo. Para mí, liderar un equipo es convencerlos de cuáles son los principios que acordemos que son los mejores para nosotros. Cuando tengamos claros esos principios y esas reglas será más fácil, porque el liderazgo no es vigilancia. Yo soy entrenador, no soy policía. Si hubiera querido serlo habría estudiado para eso. Por eso cuando estás convencido de las cosas que son útiles en la vida, casi no tienes que decir nada porque las cosas fluyen solas". Y le pregunto por las concentraciones: "En el Manchester sí las hacíamos", contesta serio.

Confiesa haberse emocionado, pero es serio y recto explicando su directrices a seguir: "He tenido mucha emoción y satisfacción personal, pero también me impera la responsabilidad. Ahora tengo que concentrarme en las grandes decisiones del club. Ahora todo el mundo quiere saber de mí, pero es la demanda. De esto vivimos todos, el fútbol es una industria. Estamos la Prensa, los sponsor y los profesionales del fútbol y en este invento todo tiene que marchar con armonía y equilibrio. Pero pasadas las primeras horas mi concentración tiene que ser para las decisiones, porque me van a juzgar por el trabajo, por los resultados del equipo".

Queiroz no quiere dejarse llevar por la luz de los focos: "Tengo los pies en el suelo, no fantaseo porque todo esto que me pasa es porque el Madrid es un gran club. No pienso que ser entrenador del Real Madrid sea un punto de llegada, es un punto de partida. Las honras llegarán con el final, con los resultados. Ahí me juzgarán".

Cae en sus manos un equipo galáctico, con la megaestrella Beckham: "He trabajdo con él un año y esto hará que las cosas sean más fáciles para mí...y también para él, porque ya me conoce". Le interrogo por tanto ‘glamour’ y le defiende: "Es muy profesional. Sólo faltó a los entrenamientos cuando tuvo partidos con Inglaterra. Incluso ha estado lesionado y ha jugado. No hay sospechas sobre él. Le gusta mucho entrenarse y es buen chico".