¿Cómo vive su quinta final de Copa?

Es el partido más bonito de la temporada, un título muy importante, y se debe vivir con la expectación que se debe vivir una competición que se va a decidir en sólo 90 minutos, con mucha emoción.

¿Qué les dice a los que comentan que esta final está devaluada?

El llegar a una final es un camino largo y en este caso han jugado muchísimos equipos. Al final te das cuenta de que se sufre muchísimo, y por eso ni ésta ni ninguna final está devaluada. Hay que tener respeto a todos los equipos. Ninguna final es fácil.

Sobre todo porque el Recre saldrá muy motivado.

El Recreativo ha descendido a Segunda, y saldrá muy motivado, pero una final de Copa debe motivar por sí sola. No creo que se necesite más motivación para ganarla.

¿Y usted, con lo acostumbrado que está? Es casi una costumbre.

Da igual que yo juegue mi quinta final, porque la viviré como si fuera la primera. He ganado dos y he perdido dos, y espero que la balanza se incline del lado de las victorias.

El Mallorca es el favorito.

Es verdad que en las otras finales se ha ido de víctima, pero también que ha estado a punto de lograr ganar el partido y ganar el título porque ha tenido ocasiones. Yo he vivido las dos finales, una como bermellón y otra como rival, con el Barça, y sé que el Mallorca vendió la piel muy cara, como hará hoy el Recre.

Usted fue rival del Mallorca y le ganó la final.

Me supo mal ganarle al Mallorca en el 98 con el Barça, aunque era mi obligación. Estaba contento por mi equipo y triste por mi gente.

Pero antes, en el 91, triste por la derrota. ¿Se parece esta final a ésa?

Con el Mallorca lo viví en el 91, pero fue diferente. Las cosas han cambiado. Aquello fue como si jugáramos fuera de casa. Ahora el Mallorca ha ido creciendo y es un grande.