Un enorme talento con un gran corazón

Copa del Rey | Recreativo - Mallorca

Un enorme talento con un gran corazón

Un enorme talento con un gran corazón

Es el gran protagonista de la previa de la Copa y la esperanza del Mallorca: Etoo quiere marcar las diferencias ante el Recre.

A Etoo le gusta el funky. Claro. James Brown, Freak Power y Jamiroquai serían la perfecta banda sonora para la frenética vida de este cabecita loca de corazón grande. Dicen que su peor defecto, quizá el único, es que le faltan muebles en el coco, pero es que hace falta mucho tiempo para hacer la mudanza de un torrente de ideas y sensaciones como las que se le han acumulado en los últimos días a Etoo, con la muerte en el campo de su amigo Foe o la impertinente llamada de Camerún para la semifinal de la Copa Confederaciones. Sí, su carrera ha corrido demasiado rápido, como el Ferrari rojo que le gustaba tanto y que ha vendido a su "hermano blanco" Albert Luque hace sólo unas semanas.

Por otra velocidad, la de sus piernas, lo fichó el Madrid en 1997. Entonces sólo era un camerunés desconocido, como tantos chavales que pasan y han pasado por la cantera blanca. 12 meses después salía del anonimato con la convocatoria para el Mundial de Francia cuando contaba con apenas 17 primaveras y con el único bagaje de haber jugado cedido en el Leganés de Catanha. En los pepineros comenzó a meter los goles y a cometer las locuras que lo hacen tan especial. Allí se ganó una cesión al Espanyol, donde no jugó ni un solo minuto. Allí, quizá porque en Chamartín seguían sin echarle cuenta, se fraguó otro préstamo al Mallorca que se convertiría en un seudotraspaso por 1.500 millones de pesetas (9 millones de euros).

Ahora, los bermellones se reparten con el Madrid los derechos del jugador. Entre tanto cambio de club, una medalla de oro en Sydney tras pasarle por encima a España y una Copa de África para Camerún, país al que ama tanto como a sus amigos, su familia y su afición. En la Isla, uno de sus lugares favoritos ha ido creciendo con el paso de los años. También algunas locuras, como ganarse una expulsión contra el Barça o encararse y, luego tragar, con Luis Aragonés, porque al final prevalece su gran corazón. Y con actuaciones estelares como la que conquistó el Bernabéu en el 1-5 de hace unos meses. Hoy, rapado por rebeldía, mostrará imagen de duro y seguírá siendo un tipo capaz de invitar a paella a 8.000 mallorquinistas.