Mayo va en serio

Ciclismo | Tour

Mayo va en serio

Mayo va en serio

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El líder del Euskaltel sprintó a Armstrong y le arrebató ocho segundos de bonificación. Retirado Beloki, la esperanza es él. Vinokourov ganó la etapa.

C uando Beloki se cayó no estaba vencido, sino empezando a vencer. Por eso hay dignidad en esa caída, incluso cierta gloria, porque sucedió en pleno desafío. Caídas así, como la de Ocaña en el Col de Menté, cuando dominaba a Merckx en el Tour de 1971, incluso la de Perico en Joux Plane en 1984, al asalto de Fignon, engrandecen la historia de quienes las sufren porque la épica del ciclismo se construye en igual medida sobre hazañas y desgracias. Tanto Ocaña como Perico ganaron el Tour años después porque la mala suerte, concentrada, siempre incluye una oportunidad invisible (remordimientos divinos).

Tal vez Beloki era un buen ciclista sin gancho y sin leyenda. Ya la tiene. Porque romperte la crisma es un modo de vencer. El otro, es ganar como Armstrong, cuya buena suerte entró ayer en números rojos. Tuvo fortuna al esquivar a Beloki y al no encontrarse después un barranco o un árbol, sino con un apacible sembrado que le permitió atajar hasta la siguiente curva. También hace falta ser muy bueno para no perder ni el equilibrio, ni la calma.

La etapa ya estaba siendo espléndida antes de convertirse en inolvidable. La subida a Lautaret fue un polvorín hasta que se formó la escapada buena, integrada, entre otros, por Jaksche (ONCE), Parra (Kelme), López de Munain, Casero y Garmendia (Bianchi). En la siguiente ascensión al Izoard, la fuga acumulaba cinco minutos de ventaja, lo que situaba a Jaksche (a 3:19 del líder) como maillot amarillo virtual. Por detrás, US Postal se quemaba intentando reducir distancias, aunque recibía la ayuda de Quick Step, equipo vendido al imperio.

Pero el descontrol llegó a los escapados. Garmendia atacó al grupo, movimiento surrealista, pues al Bianchi (es decir, a Ullrich) le interesaba que los fugados abrieran camino relevándose y forzaran el desgaste de US Postal. Tampoco Casero, relamido y poco generoso, puso nada de su parte para que la sublevación triunfara. Sólo Jaksche, pero no fue suficiente. Hay quien no entiende que los enemigos de mi enemigo son mis amigos. Así se dejan escapar situaciones de carrera que ponen contra las cuerdas al líder. Y no hay muchas.

Ataque. Aprovechando la paliza de sus rivales, Beloki probó a Armstrong en un puerto de segunda categoría, a 30 kms de meta. El americano respondió al instante, seguido de Mayo y poco después, del resto de favoritos. En la última subida, fue Vinokourov quien demarró y abrió hueco, no mucho, porque el propio Armstrong, viendo peligrar el liderato, inició la caza. De esa forma frenética se inició el descenso (a los infiernos, concretamente).

Vinokourov llegó con 36 segundos de ventaja (20 de bonificación) y ahora es segundo en la general a 21 del líder. Cuidado, porque el kazajo (29 años) pasa la montaña con los primeros y además es un buen contrarrelojista. Su problema es que nunca ha resistido una prueba de tres semanas. Hasta ahora.

Bettini (sicario del poder) encabezó el sprint del grupo y rapiñó 12 segundos de bonificación, seguido de Mayo, que superó a Armstrong y se llevó ocho. Ese gesto de Mayo invita a creer. También le empuja ahora la desgracia de Beloki, que le convierte en heredero de la esperanza. Y eso debe sentirlo. También hay un montón de suerte en el aire deseando otorgar una oportunidad invisible, remordimientos divinos.