Alfredín y don Alfredo

Alfredín y don Alfredo

El Sporting atraviesa por una de las crisis más preocupantes de su casi centenaria historia, sin encontrar aún la forma de solucionar los problemas económicos. La situación empezó a gestarse con el descenso a Segunda, hace ya seis años, sin que se hubiera puesto freno alguno a una política ilógica de desmesurados gastos.

La única solución que aporta Alfredo García Amado es que los jugadores retiren las denuncias, para lo que utiliza todos los métodos de coacción a su alcance. Luego, ya se verá cómo y cuándo se paga. El problema es que su falta de credibilidad pone al club en una situación más problemática, al tratarse de un ejecutivo que desde que llegó al club cerró todos los ejercicios con importantes pérdidas, sin que haya sido capaz de buscar los ingresos necesarios.

El problema del Sporting es que le falta un gerente de verdad, una persona madura para estar al frente de una empresa tan emblemática. Una cosa es contar con un Alfredín, cuando lo que se necesita es un don Alfredo, o sea, un gestor con capacidad y que se haga respetar. Quizás los jugadores estén en disposición de retirar las denuncias a la AFE si desaparece del mapa rojiblanco tan genial ejecutivo, que, eso sí, tiene un blindaje económico superior al de casi todo el equipo.