El Betis ha abierto una tienda. Se venden dudas. Dudas en la portería, donde no se sabe si jugará Prats o Contreras (¿es bueno eso?). Dudas en la defensa, donde no se conoce aún si Lembo es un buen central o sólo un leñero continuador de la tradición uruguaya de los Montero Castillo y Aguirre Suárez, que jugaron en el mejor Granada. Dudas en la izquierda, donde Ismael aún no se puede considerar un recambio de lujo de Denilson. Dudas en la delantera. Tote es un excelente futbolista pero ¿goleador? Claro que luego sale Maldonado, que estaba sembrado en esta pretemporada, y falla un gol a puerta vacía. Dudas y brujas, pues. Dudas incluso en la concepción del juego, que apunta al excelente. Ante el Atlético, el Betis tuvo minutos excelentes, con Assunçao en plan líder. Sin resultado.

Decía Descartes que se puede dudar de todo menos de Dios. En el Betis se puede dudar de todo menos de Joaquín y Denilson. El portuense es un futbolista de otra dimensión (ayer, otro recital). Se añoran también los regates del brasileño. Lopera debería saber que la gente no compra dudas. Prefieren las certezas. Y es una certeza que al Betis le falta un nueve, mala leche y determinación. Víctor, licenciado en Filosofía y Letras, ha leído a Descartes. Y sabe el hastío que crean las dudas.