El mesías culé

Primera | Barcelona 1 - Sevilla 1

El mesías culé

El mesías culé

rodolfo molina

Laporta, más que Ronaldinho, es el tótem al que se aferra ahora la afición

TV3, el altavoz del nacional-barcelonismo, no dejó resquicio a la duda puesta a valorar lo sucedido la madrugada del Camp Nou: Joan Laporta es el presidente "del crédito ilimitado", el presidente "mediático". Y Ronaldinho, el crack que rescatará al Barcelona de las cavernas futbolísticas. Pero, ¿quién fue primero? ¿El huevo? ¿La gallina? ¿Laporta o Ronaldinho? Fue Laporta, sin duda. El hombre que no esperaba ganar y ganó las elecciones que sepultaron lo que los más ácidos llamaban "los 25 años de paz", esto es, el largo periodo de dominio de Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart.

Laporta y sus colaboradores viven en una nube, convencidos de que tienen a todo el barcelonismo a su lado y que lo están haciendo bien. Pero uno de sus más apreciados colaboradores empalideció ayer cuando un alto cargo de la Generalitat le dijo: "Os felicito; habéis dado la vuelta al mundo con el gol de Ronaldinho y con la imagen de una Barcelona loca por un vaso de gazpacho".

Debe ser esa una de las primeras bofetadas que recibe el laportismo, convencido como está de su glamour y fortaleza. Lógico, si consideramos que su gran golpe en la campaña fue la publicación en la página web del Manchester United de un acuerdo con ellos por David Beckham, que el jugador desmintió inmediatamente y acabó fichando por el Real Madrid, y no le pasó factura en las urnas. Lógico, también, si pensamos que pese a aumentar las cuotas de socios y abonados, en según qué casos hasta el 40 por ciento, su estreno en una asamblea de compromisarios fue triunfal. Por todo ello, puede afirmarse sin margen de error que Laporta es el Mesías culé. Su figura, hoy, es la de un ayatolah del barcelonismo; un mesías al que la gran masa está dispuesta a seguir sin discusión alguna y sin poner condiciones.

Todo ello se va percibiendo en Barcelona el día después de la gazpachada. En voz baja, pues el presidente no superó aún el periodo de 100 días de gracia. Pero el gazpacho ha tenido un efecto similar al cochinillo entre los barceloneses. Un efecto de división. Mientras unos consideran "perfecto, magnífico y adecuado" lo que el club organizó en el Camp Nou, y consideran que el Sevilla y Audiovisual Sport son los culpables de todo, un sector de la ciudadanía se echa las manos a la cabeza y considera que lejos de ser el Barça santo y seña de una Barcelona y una Cataluña civilizadas, cada acción extrafutbolística montada por el club tiene un efecto absolutamente contrario.

Conocidos catalanistas manifiestan su incomodidad con este Barça "de regreso a un catalanismo de estar por casa, sustentado en hinchas furibundos, lanzadores de objetos y, ahora, bebedores de gazpacho y comedores de kit-kat". Por cierto: en la madrugá se consumieron 35.000 litros de gazpacho, una tonelada de embutido y 100.000 unidades de chocolatinas, entre otros productos. La impresión de que la junta de Laporta debería medir sus impetuosas acciones (no olvidemos el paripé aquel de que los jugadores deberían aprender catalán por contrato, matizado después) y situarse en el tono moderado y culto que utilizó a lo largo de la campaña, también campa por Barcelona.

El PP y Gaspart. La noticia más caliente en los despachos vip de la política catalana es la presión que desde las más altas instancias del Partido Popular se ejerce sobre Laporta para que no tire de la manta de la gestión Gaspart. Lo que explica el silencio que del mando azulgrana sobre el particular y frases como "los auditores lo encuentran todo normal", del presidente y los suyos.

Pero, denunciados Gaspart y Reyna por unos socios, el club no tuvo más remedio que comparecer como perjudicado y ejercer la acusación en la causa penal abierta contra los ex presidentes citados, acusados de presuntos delitos de falsedad contable y administración desleal. La juez podría citar a Gaspart y Reyna, cuyos abogados han pedido el archivo de la querella. Al Barça le espera la de Audiovisual Sport, por daños y perjuicios e incumplimiento de contrato al situar a las 00:05 la hora del partido con el Sevilla.

Y en Sevilla, más madera. José María del Nido, el presidente del Sánchez Pizjuán: "Es una pena que nuestra Liga se haya debido doblegar ante gente que acaba de llegar y que no tiene ninguna experiencia. Lo del gazpacho fue más propio de una verbena de un barrio de Sevilla. Pero aquí, en vez de gazpacho y chorizo damos jamón y gambas".