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Empezó a andar en el Centenario

Alejandro Lembo es futbolista a la fuerza. Qué podría ser, si no, un tipo que aprende a andar en el Centenario, el primero que albergó el Mundial. Tenía 11 meses. El fútbol y los Beatles. Una vida sencilla.

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Si todavía se preguntan por qué Alejandro Lembo es futbolista atiendan a esta historia. Nunca más dudarán. Resulta que el abuelo de esta central uruguayo de la generación del 78 era entrenador de fútbol. Hubo un tiempo en el que incluso fue seleccionador Sub-20. Un buen día de enero el padre de Lembo decidió llevar en brazos a su hijo al estadio Centenario para ver entrenar a su abuelo. Y mientras los jugadores calentaban por el césped , Lembo se fue detrás de un balón. Había empezado a andar en el estadio de Parque Pereira, que había sido diseñado por el arquitecto Juan Antonio Scasso. Allí, en periodo de entreguerras, se jugó el primer Mundial de la historia. Allí han jugado Schiaffino, Obdulio Varela, Francescoli o Rubén Sosa. De manera que si echó a andar en el Centenario, qué otra cosa podía ser Lembo sino futbolista. Por eso a los tres años ya estaba jugando en las calles de Montevideo. Cuando llegaba a su casa, se duchaba mientras escuchaba a los Beatles en el viejo tocadiscos de su padre. Ahí nació su pasión por los chicos de Liverpool. Hoy tiene toda su discografía en formato digital y en vinilo. Nunca fue mal estudiante. Estudió Odontología, pero no hubiera sabido ser otra cosa que futbolista. Por eso se sintió feliz cuando empezó a crecer como jugador y cuando explotó en aquel Mundial juvenil de Malaisia al lado de Carini, Munúa, Martín Rivas, Podestá y Olivera, la misma que apareció en la Copa América del 99 en Paraguay sin ninguna credencial y sólo sucumbió ante el Brasil de Rivaldo y Ronaldo. Lembo tenía previsto casarse en diciembre pero su llegada a Sevilla retrasará la boda a junio. Disfruta de una vida tranquila, de películas, paseos y fútbol. Lembo, como Darío Silva, se entretiene viendo qué harán Guigou, Chevantón, Recoba o Zalayeta en el Calcio o Carini en la Premier. Su ídolo es Paolo Montero. El padre de Montero es Montero Castillo. El mismo que asustaba con Aguirre Suárez en Los Cármenes en los 70. La tradición del defensa uruguayo. La que quiso tener Lembo desde que empezó a andar.