Inti Podestá cayó lesionado el 8 de diciembre de 2001 ante el Athletic de Bilbao en el Pizjuán. El charrúa pasó un calvario de 10 meses de baja, reapareció ante el Deportivo (15 minutos) el 23 de noviembre del pasado año, pero se resintió y tuvo que dejar de jugar. Hasta hoy, el uruguayo aún no ha vuelto a disputar un partido oficial con el Sevilla. "Aquí he pasado lo mejor y lo peor de mi carrera deportiva. Ahora me encuentro bien, pero cuando recaí ante el Depor lo vi todo muy oscuro. La lesión no progresaba y perdí la ilusión. Llegó un momento en el que pensé en dejar el fútbol, dejarlo todo. Pero con el apoyo de todos, más de Buenaventura y Carvajal, recuperé las fuerzas para seguir".

Ahora, la posible ausencia de Casquero y la baja de Torrado le abren al charrúa las puertas de la esperanza y podría volver a saltar al césped de Nervión, aunque sólo sean unos minutos, ante el Murcia. Caparrós lo probó ayer en el doble pivote junto a Martí, pero si el talaverano no llega a tiempo Marcos Vales será titular. "El técnico no me ha dicho nada, pero creo que al final jugará Javi (Casquero). Me encuentro muy bien. Tranquilo, porque veo que voy mejorando con el paso de los días. Tengo esperanzas de volver, sobre todo ante mi afición, que siempre me ha apoyado y que seguro que no se ha olvidado de mí", dijo Podestá, que también tuvo palabras de elogio para su compatriota Darío Silva, al que conoce a la perfección: "Es un magnífico jugador. No sólo tiene gol, sino que aporta mucho sacrificio al equipo y eso se nota. El club ha hecho buenos fichajes esta temporada, pero si al final nos quedamos a un punto de la UEFA, nada habrá cambiado con respecto a temporadas anteriores".