El Sporting recibe al Éibar con una doble motivación, ya que a la ambición deportiva, en el seno del equipo gijonés se suma la trascendencia económica que tiene pasar esta eliminatoria para enfrentarse a un rival de Primera División, que permita tener una recaudación que pueda respaldar el pago de una o dos de las nóminas que quedan pendientes.

Marcelino tiene previsto introducir rotaciones, para premiar a los jugadores que mantienen un buen tono en los entrenamientos, aunque no tienen posibilidades de entrar habitualmente en el equipo. Esta situación afecta a Valencia, Javi Fuego, Gerardo y Miguel. En el caso del portero, el técnico rojiblanco está pendiente de su evolución, ya que en el entrenamiento de ayer sufrió una molestia en la parte posterior del muslo izquierdo, en un golpeo de balón. El guardameta guipuzcoano perdió la titularidad hace tres jornadas y desde entonces quedó en un segundo plano, en favor de Roberto, que lo está haciendo bien.

Alguno de los cambios de Marcelino viene obligado por las lesiones, como es el caso de la lesión de Juan, mientras que la presencia de Gerardo y Miguel ya entraba en sus planes.

Suplentes. En Gijón hay un relativo buen ambiente ante la visita del Éibar, aunque el encuentro tiene una importancia para el club que en la calle no se valora demasiado. En el seno del equipo eibarrés tampoco parece haber mucho interés en este torneo y su técnico, Amorrortu, se ha dejado en casa a la mitad de los habituales titulares.

El sorteo castiga a los vascos

En Éibar se lamentan de su mala suerte con el sorteo copero, que les ha llevado a disputar la primera ronda del torneo del KO por tercer año consecutivo fuera de casa y ante un rival de su misma categoría. Hace dos temporadas el Nàstic de Tarragona eliminó al equipo armero, y la temporada pasada fue el Éibar el que superó a domicilio al Albacete. El partido de hoy es mucho más bonito para la afición eibarresa que para el propio club.