El Salamanca ahogó las penas de la Liga en el primer sorbo de la Copa 2003-04. Los de Felipe Miñambres se impusieron gracias a un gol de Gerard Escoda, que llegó justo en el momento preciso: cuando el juego de los locales no convencía y los silbidos desde la grada empezaban a dejarse notar. A partir de entonces, el Rayo intentó no irse del partido, pero el juego de los charros atravesó su mejor fase. No obstante las ocasiones de peligro no se prodigaron sobre la portería de Etxeberría, y sólo con mantener la pelota en el centro del campo, le servía a un Salamanca que trató de estar muy centrado en sus acciones para que no se repitieran los errores de la Liga.

Tras el gol, los madrileños tardaron en reaccionar y las ocasiones en la portería local brillaron por su ausencia. Tom pasó a ser un espectador más que vio tranquilamente el encuentro, aunque Crusat le puso a prueba, respondiendo brillantemente. El Rayo pudo haber encarrilado el partido, pero el cancerbero salvó a su equipo y dio opción para que se adelantase en el marcador.

En la segunda mitad, el Rayo cumplió con su papel e intentó tener el control de la pelota. Sus hombres se fueron al ataque con gran fuerza e intensidad, pero sin efectividad y con un Salamanca que no estuvo muy ordenado pero que tampoco se complicó la vida lo más mínimo.

En los instantes finales del partido, y sobre todo con la salida del terreno de juego de Tuni, los locales intentaron sentenciar, pero para lo único que sirvió fue para dejar a los vallecanos lejos de las zonas de peligro. Así, los de Vallecas se despiden de la Copa.