No había cabezas de serie en el bombo de la repesca. Ni falta que hacía. Los teóricos grandes jugarán contra los teóricos pequeños, sin excepción, lo cual alimenta la sospecha de que en la UEFA sigue habiendo bolas frías y bolas calientes. Sea como fuere, a España le ha tocado en suerte Noruega, que era de las selecciones más apetecibles, aunque el segundo partido, el que debe darle el pase a la Eurocopa de Portugal, habrá de disputarse en el gélido Oslo.

Francfort le fue en esta ocasión propicio a España, por mucho que en la última confrontación, en la Eurocopa de Holanda y Bélgica (0-1), los noruegos se impusieran gracias a una cantada de Molina.

El destino del portero deportivista está íntimamente ligado a Noruega. Su debut se produjo allí, en 1994, en el mismo estadio donde ahora España se juega su presencia en Portugal. Y fue un debut sonado, porque Javier Clemente tuvo la ocurrencia de colocarlo de extremo izquierda. Su despedida fue en Rotterdam, contra los noruegos. No es de extrañar que éstos no le olviden: "¿Jugará esta vez Molina?", preguntaba con ironía Tore Krogstad, jefe del departamento de Fútbol Profesional de la Federación Noruega de Fútbol al término del sorteo. Por otro lado, Krogstad indicaba que la presencia de Carew en esta eliminatoria depende exclusivamente del ex jugador del Valencia, que fue enviado a casa por su seleccionador, Nils Johan Semb, por pelearse con John Arne Riise.

El presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel Villar, presente en el sorteo, se mostraba optimista: "Noruega es un rival muy fuerte, pero confío ciegamente en la selección, que estará en Portugal".