El Partizán venía de eliminar al Manchester United y el Madrid dejó en la cuneta al Inter de Milán. Los yugoslavos acudieron a la cita especialmente motivados. El Madrid comenzó el encuentro con nerviosismo, acelerado por resolver rápidamente el partido. Los plavi mostraron, por contra, un fútbol sosegado, horizontal y técnico que se hacía más rápido en los metros finales por medio de Pirmaier y Kovacevic. A pesar de esas dudas iniciales, los madridistas dispusieron de dos ocasiones de Grosso y Velázquez mientras que el Partizan tuvo su mejor ocasión en un golpe franco desviado por Araquistáin que, esa noche, suplía al lesionado Betancort.

Los goles llegaron en la segunda parte. Un córner lanzado por Pirmaier fue cabeceado a la red por Vasovic en el minuto 56. El empate llegó gracias a la ayuda de Zoco, que subió a ayudar a Pirri y a Velázquez en el centro del campo. Fue en el minuto 70, en un pase largo controlado por Amancio, quien marca, tras driblar en dos ocasiones a su defensor. Con el marcador empatado a uno, Gento envió un centro largo que Soskic rechazó fuera del área. Serena, que vio al guardameta adelantado, empalmó la pelota sin dejarla caer y ésta se coló por la escuadra del guardameta yugoslavo. Serena marcó un golazo (curiosamente fue el único que anotó el madrileño en competición europea). Los emigrantes españoles que poblaron las gradas invadieron el terreno de juego en cuatro ocasiones para celebrar la Sexta Copa de Europa, la de los ye-yé.