La cantera no ve la luz

Fútbol | El reportaje

La cantera no ve la luz

La cantera no ve la luz

aitor martín

De la cincuentena de jóvenes probados en pretemporada, sólo 18 han debutado en Liga y tres juegan siempre

El pobre papel de la cantera en el arranque de Liga quita brillo a una competición que se dice la mejor del mundo. Sólo 18 jugadores procedentes de los equipos inferiores han debutado en lo que se lleva disputado, aunque una decena de ellos no llega a sumar ni siquiera noventa minutos sobre el campo. Diez de los veinte equipos no se han atrevido a dar la alternativa a ninguna de sus perlas.

Estos datos contrastan poderosamente con las cifras de la pretemporada, cuando más de una cincuentena de chavales sin experiencia en Primera fueron alineados para calibrar su rendimiento. Llegó la hora de la verdad y bajaron el escalón hacia los filiales. Las razones se las puede imaginar todo el mundo, pero José Manuel Casanova, el coordinador del fútbol base del Espanyol, las pone enseguida sobre la mesa: "Los entrenadores afrontan un riesgo añadido al contar con gente joven. Prefieren poner a los veteranos, porque saben que así no se les criticará tanto si vienen mal dadas".

Una ley del fútbol español, no escrita pero de gran vigencia, parece obligar a ciertos presidentes y directores técnicos a fichar mediante vídeos tomados en Argentina, Brasil o Uruguay a jugadores que son un interrogante en vez de sentarse en su ciudad deportiva a ver en quién hay que confiar. Casanova (catorce años dirigiendo la que ya se denomina fábrica de centrales perica, una de las canteras más prolíficas del panorama nacional) se indigna cuando se le comenta esta circunstancia. "Me sabe mal. Hay que valorar en función de lo que se trae, que suele ser de una gran mediocridad en muchos casos. Antes, los tres extranjeros de cada equipo tenían un gran nivel, pero ahora... No existe la paciencia necesaria con los chavales".

Por eso, le produce "una gran alegría" haber subido este año a la primera plantilla a Bertrán y a Jarque y que Clemente hiciese debutar en el Bernabéu a Carlos García marcando a Raúl. "Cada uno en su casa hace lo que puede, porque esto no es como elaborar churros. Además, no hay que olvidar que la línea la marca el entrenador profesional y los que trabajamos la base tenemos el hándicap de que los cambios de técnico en el primer equipo son habituales", recuerda el responsable blanquiazul.

Este año, sólo tres debutantes juegan con asiduidad en la Liga. El caso más llamativo es el de Pedro Martí, en quien Benito Floro confió para afrontar la temprana Intertoto y que, desde entonces, no se ha movido de la alineación bien como lateral derecho, como central o como pivote. Su polivalencia la ha salvado de la quema y, sobre todo, el que el entrenador asturiano aceptase trabajar con una plantilla corta, de 17 hombres, que se ha quedado ahora en 14 por las lesiones de Josico, Calleja y Marcos Senna. Arzo, Verza o Xisco esperan seguir los pasos de Martí.

Rentabilizar la inversión. El segundo de los afortunados es Toni González, que convenció a un entrenador que ya no está, Jaime Pacheco, con su buena zurda. Ahora habrá que ver qué pasa con Luis Aragonés al mando. Por último, Andoni Iraola ha contado con la complicidad del que era su mentor en el Athletic B la temporada pasada, Ernesto Valverde. Su ubicación como interior derecho por el desplazamiento de Etxeberria a la mediapunta le garantiza minutos. Sus buenas prestaciones y potente disparo, también.

Estos tres jugadores han contribuido a rentabilizar las fuertes inversiones que muchos clubes realizan en la cantera. Por ejemplo, el Real Madrid (imbuido en su política de generar pavones) gastará seis millones de euros este año y el Espanyol unos 3,5. Sería dinero tirado a la basura si luego no se concediesen oportunidades a los canteranos. Algunos clubes están por tirarlo: Valencia, Depor, Osasuna, Real Sociedad, Betis, Sevilla, Racing, Valladolid, Murcia y Zaragoza no han concedido ninguna oportunidad. Su cosecha no debe ser muy buena. "Esto son trabajos cíclicos", les exculpa Casanova.