Si no fuera porque corren demasiados italianos, no está del todo mal este Giro de Italia. Es la única carrera que se hace relativamente bien. Allí, cada uno sabe cuáles son sus etapas y no se meten en las de los demás. Y si alguien lo intenta, siempre sale algún campeón para recriminarle y decirle que está en Italia y que allí hay que correr como ellos dicen. Espero que éste no sea el motivo por el que no van los equipos españoles. Bueno, con una excepción, que mi nuevo equipo, el Saunier Duval, sí corre. Así que al final, entre los ciclistas españoles que corren en equipos extranjeros y nosotros tendremos que volver a demostrar el altísimo nivel al que está el ciclismo español.

Sprints, llegadas en alto, contrarreloj... Es lo que tienen las vueltas grandes, hay etapas para todos los gustos. Lo único que le falta al Giro son corredores para disputar la general, ya que al final, después de todo, sólo quedan dos o tres, los demás son meros espectadores. Y como se le ocurra a Simoni estar igual que el año pasado se acaba la emoción en la séptima etapa. Solo nos quedará por ver si Aitor es capaz de volver al lugar que le corresponde y si Cipollini ya está viejo o sigue aguantando en la cima un año más. Al resto..., ya veremos, seguro que, como siempre pasa en el Giro, sale una figura nueva o despunta algún desconocido.