La Vuelta 04 pone a prueba a la afición

El ciclismo, y concretamente la Vuelta, es el segundo deporte más seguido en España, según las audiencias de televisión, después del fútbol. Si exceptuamos éste, entre las treinta transmisiones más vistas del año encontramos doce etapas de la Vuelta, siete grandes premios de Motos, cuatro etapas del Tour, tres Grandes Premios de Fórmula 1, dos partidos del Eurobasket, la final de Roland Garros y los 1.500 metros de los Mundiales de Atletismo. Todos estos acontecimientos los siguieron una media superior a los dos millones de personas, con shares que oscilaron entre el 38,8% y el 16,5%. Son unas grandes audiencias.

La Vuelta, sin embargo, perdió telespectadores con respecto a la edición anterior. El liderato de Nozal y el recorrido por amplias carreteras, autovías incluso, no favorecieron las audiencias, pues emoción no hubo más que en la antepenúltima y penúltima etapas, cuando Heras atacó en serio. Pese a ello, la afición al ciclismo es tan grande que siguió la Vuelta con mayor fidelidad que otros deportes, aunque se dejó notar que resultó una edición descafeinada, pues la final del Eurobasket, la etapa del Tour de Luz Ardiden y la final de Roland Garros tuvieron mayores audiencias que la etapa más vista de la Vuelta, la de la sierra de Guadarrama.

Ahora a esa afición millonaria y fiel se la va a poner a prueba en la Vuelta de 2004 con un recorrido extraño. No se sabe si será bueno o malo, porque es inédito. Elimina cumbres míticas y apuesta por montañas nerviosas, aquellas de más corta ascensión pero con mayor pendiente. Eso al menos nos cuentan y luego serán los ciclistas quienes las hagan duras o no. Desde luego lo que no vamos a descubrir ahora es que los Picos de Europa o los Pirineos se encuentran en las costas mediterráneas, donde se concentra mucha montaña. Es un envite con cierto riesgo, que trata de demostrar que en la Vuelta no todo está inventado. Veremos si es así.