En la guerra interestelar de las zapatillas deportivas, Nike intenta controlar la galaxia NBA, a sólo dos años de que Reebok se haga con el monopolio de los uniformes oficiales de todos los equipos. En una letanía de marcas y de nombres, Nike ha coleccionado los últimos tres ases de la baraja: Carmelo Anthony, Kobe Bryant y LeBron James, con unos contratos de 18, 40... ¡y 90! millones de dólares, respectivamente. Se trata de King James, el nuevo rey, con más de 100 millones de dólares garantizados por el baloncesto y el material deportivo.

Hace unos días, en el programa 20/20 de la cadena de televisión ABC, Bárbara Walters eligió a LeBron como uno de los personajes más fascinantes del año en Estados Unidos junto a Schwarzenegger, Michael Jackson o el general Tommy Franks: en compañía de lobos...

Su popularidad es tal que Nike ya ha empezado a diseñar un logotipo y una línea con su nombre y marca propios. Como hiciera con Michael Jordan.

El diseño de las zapatillas de King James, las Air Zoom Generation, se va a ir pareciendo cada vez más, por decisión propia, al del Hummer 2, el todoterreno de LeBron: la réplica civil de los Humvees que, artillados con ametralladoras pesadas, usa el ejército de Estados Unidos en las carreteras de Irak. Pero LeBron, para evitar equívocos, ha grabado un anunciete comercial en el que una iglesia en la que se cantan gospels se convierte en una pista de baloncesto donde James vuela y machaca. ¿Con qué...? Pues con sus nuevas zapatillas, que mezclan rojo, blanco, oro y negro, los colores de los Cavaliers.