El cambio de Joaquín

Ya me podrán ir dando la razón. No hay semana en verdiblanco que, por una cosa u otra, se pueda hablar de calma y tranquilidad en el entorno. Cuánto aciertan aquellos que hablan de lo difícil que es este Betis. Cuando no es por la clasificación del equipo, por los puntos que lleva, son las circunstancias propias de un club profesional las que ponen en un brete a una siempre sufrida afición.

El cambio de Joaquín habrá de traer cola, al menos hasta que no se gane el próximo partido. Decir que Víctor es un técnico que no suele hilar fino a la hora de mover las piezas del banco no sería del todo injusto, a tenor de las estadísticas de sus casi dos años en Sevilla. El portuense está en un mal momento de juego y a ver quién es el guapo que lo discute. Probablemente, el peor Joaquín siempre habrá de llevar más peligro que el más acertado de sus sustitutos.

Pero si hay algo irrefutable en cualquier equipo de fútbol es que todo pasa por el respeto hacia el técnico y los compañeros. Salir del campo jurando en arameo, vamos a ser benévolos, y marcharse directamente al vestuario, sin mostrar interés alguno por cuanto sucede sobre la hierba desde que uno deja de ser protagonista es faltar al respeto del beticismo. Esperemos que esto sirva de espoleta para Joaquín, siempre respetuoso, en el Calderón.