Presidente, está usted más delgado que hace un año en Madrid, cuando nos vimos en el Foro Ferrándiz.

Sí, creo que sí. Mucho trabajo, ya ve. Recuerdo que usted me preguntó por el caso de ese futbolista de Bilbao, Gurpegui. ¿Sigue jugando...?

Se ve que los Juegos de Grecia le absorben y que la Liga española le queda lejos. Pues claro que sí, hombre.

Pues si eso es así, es una vergüenza. Me informé, y no había dudas de que era un control positivo: no sé que más hace falta.

Lo penúltimo sobre el dopaje son las declaraciones de varios ciclistas, como Gaumont y, en AS, Manzano, sobre los procedimientos de los equipos de ciclismo para burlar los controles.

Hmmm... voy enterándome cada vez de más cosas. Solo puedo decir que si testimonios como los de Gaumont o Manzano contribuyen a hacer más limpio este deporte, y a ayudarnos en esta lucha, me parecen muy bien. Estamos envueltos en una lucha durísima. Hay dopaje en todos los deportes y somos conscientes de ello, aunque algunos, como el ciclismo, están más marcados por los escándalos. Por eso estamos intensificando en calidad y solidez los métodos para los test, como ya hicimos en los Juegos de Salt Lake City, y que conocen ustedes muy bien por el caso de Johann Muehlegg. En Atenas 2004 habrá el triple de controles que en Salt Lake City. A estas alturas, mucho más no podemos hacer.