"El doping existía hace veinte años, hace diez y sigue existiendo"

Dopaje | Vittorio Adorni

"El doping existía hace veinte años, hace diez y sigue existiendo"

"El doping existía hace veinte años, hace diez y sigue existiendo"

Vittorio Adorni fue campeón del mundo en ruta en 1968. Hoy es el presidente del Consejo Profesional de Ciclismo y miembro del Comité Directivo de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Adorni, 66 años, aún recuerda cómo "el campeonísimo Eddy Merckx tuvo que abandonar el Giro de 1969 por un positivo y ese mismo año ganó el Tour de Francia, limpio y con media hora de ventaja sobre el segundo". "La mejor manera de salir del doping es no entrar".

Los ciclistas afectados explican que sin doping no hay igualdad, que el fenómeno se ha extendido en todo el pelotón y que si no se ‘ponen’ no andan, como se dice en su argot.

Es cierto que el doping ha existido y sigue existiendo. Lo había hace veinte años, hace diez... pero ahora es algo muy restringido. No todos los corredores corren dopados, y en mi opinión la mayoría no toma nada. Los controles son exhaustivos y las sanciones, ejemplares.

¿Qué hace la UCI para prevenir, localizar si procede y erradicar el mal?

La Unión Ciclista Internacional tiene una ley antidoping completa y precisa que se ejecuta a rajatabla. Es muy difícil hacer la trampa en los controles.

Pues en Estados Unidos acaban de inventar una pastilla que te puede mantener 30 horas consecutivas sin dormir, en perfecta forma, y no sale como doping.

Bueno, la química es otro problema. Avanza muy deprisa. Todos debemos estar alerta y trabajar sin descanso para erradicar el problema.

¿Sólo la química es el problema del que se ocupa la UCI?

Nuestra ley antidoping, puesto que somos una organización deportiva, sólo puede prever sanciones para los atletas, para los ciclistas. La UCI no tiene competencias para sancionar a los médicos, a los fi sioterapeutas, a los directores, a los masajistas... eso es competencia de otras instituciones, y para eso están las leyes.

En España, sin ir más lejos, no hay una ley penal para esto.?

Pues... tienen un problema que deben resolver. Nosotros, en este momento, estamos trabajando con Mario Pescante, subsecretario del Deporte de la República de Italia, para unifi car una ley antidoping para toda Europa. (Pescante era el presidente del CONI, Comité Olímpico Italiano, en 1998, año en el que tras el caso Festina en el Tour, Zeman, entonces entrenador del Roma, hizo unas declaraciones a Il Messaggero en las que afi rmó que "el fútbol también debe salir de la farmacia". Esas declaraciones provocaron, entre otras cosas, la dimisión de Pescante, el mismo subsecretario que cita Adorni en la presente entrevista).

¿Qué opinión le merecen las revelaciones de Jesús Manzano?

Pues no son del gusto de nadie, y menos de los que amamos este deporte. Pero hay que tenerlas muy en cuenta. Aún con eso yo siempre que pasa algo parecido me hago la misma pregunta: ¿Por qué todos hablan después de haberse dopado?... ¿Por qué no han denunciado estas irregularidades al principio, en la primera ocasión en que se les han ofrecido los productos prohibidos? (Adorni se siente molesto, inquieto, con el asunto. No rehuye las preguntas con respecto a Manzano, pero se muestra a la defensiva).

Usted fue campeón del Mundo en 1968. Desde entonces hasta hoy sus sucesores han ido batiendo todos sus registros. Son más rápidos y más fuertes. El de 1969 más que usted, y el del 70 más que el del 69, y así hasta hoy. Yo tengo dos hijos que algún día serán más altos que yo... ¿pero cree que la evolución genética da para mucho más?

Yo no pienso que el doping sea la causa de que caigan los registros año tras año. Pienso que es la consecuencia de la innovación en los entrenamientos, de la alimentación, de las vitaminas... de tantas cosas que nosotros no tuvimos.

Pero hay ciclistas que empiezan y terminan Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España y acaban tan frescos. Suben puertos como quien sube escaleras. ¿Todo eso lo dan el entrenamiento y las vitaminas?

Ya he dicho que el doping no ha desaparecido, pero estoy convencido de que ha disminuido. A lo mejor lo que hay que hacer es correr menos, planifi car mejor las temporadas e ir a por el premio gordo. Eso es lo que hace el que hoy está considerado como mejor ciclista del pelotón internacional.

Se refiere a Lance Amstrong.

Sí. El norteamericano sabe planear la temporada y elegir los objetivos. Conoce que rendir para ganar en las tres grandes pruebas de Europa es una uto-Francia, que es lo que le interesa a él y a su equipo. Se prepara física y mentalmente y es capaz de desarrollar mejores condiciones que los demás. Ese es su único y gran secreto, y ahí está su éxito.

¿Por qué hay más doping en el ciclismo que en otros deportes?

¿Quién lo ha dicho? No estoy de acuerdo con esa observación. Hace diez años puede que fuera así, pero hoy no lo es. Yo creo que el porcentaje del doping en el ciclismo afecta, como máximo, al diez por ciento del pelotón. Y creo que en el deporte profesional en general el doping está acorralado. Las sanciones son ejemplares y pocos se arriesgan.

¿Y en el deporte amateur?

Ahí sí que tenemos un problema monumental. Eso hay que perseguirlo desde ya. Ese es el gran asunto. Los chavales quieren llegar al pelotón internacional, a la Primera División del fútbol, a los Mundiales de atletismo... y si un chico se empieza a dopar con 15 o 16 años es que alguien le mete cosas en la cabeza y en el bolsillo.

Marco Pantani no era un chaval, y murió de un cóctel de fármacos y drogas en el hotel de un pueblo pequeño, sólo y olvidado.

Pantani fue un gran campeón que no tuvo el coraje necesario para superar su expulsión del Giro de Italia por un positivo. Para pasar ese trago eligió el peor camino. Se encerró en sí mismo, le venció la depresión y tuvo ese triste fi nal. Se dopó, pero luego cayó en la cocaína, y eso son drogas duras. Entró en ese túnel y no volvió a ver la luz.

¿Y esa tragedia puede repetirse?

Yo confío en que las nuevas generaciones aprendan de esta lamentable pérdida. Mi esperanza es que la muerte de Pantani sirva, al menos, para que los jóvenes ciclistas piensen sólo en dar pedales con las fuerzas que les ofrezcan su propia naturaleza y su esfuerzo diario en los entrenamientos.