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Primera | Betis 1 - Barcelona 1

Reparto con lío

El Betis no pudo doblegar a un Barça que acabó con nueve por la expulsión de Víctor Valdés y la postrera de Gerard

MIGUEL Á. SANTOS
Actualizado a
<b>GOL MAL ANULADO</b>. Rivas marcó de cabeza, pero el árbitro anuló el tanto por una presunta falta a Motta, que está en el suelo.
MORENATTI

Cuando una cosa no se hace cuando tocaba, a uno siempre le queda la duda del cómo-habría-sido-si o del qué-habría- pasado-si, porque somos humanos y siempre nos queda la duda de lo que no fue posible o no ocurrió en su momento. Por eso anoche, cuando Betis y Barça se enfrentaron en el partido aplazado por la lluvia el 28 de marzo, siempre planeó en el ambiente si todo habría sucedido igual aquel día o, por el contrario, si los acontecimientos que se dieron estaban escritos en las estrellas de Sevilla.

No jugaban Ronaldinho ni Assunçao, y eso, aunque ya se sabía, le restó espectáculo futbolístico al encuentro. Pero de lo que sí hubo, y mucho, fue del otro espectáculo, ese al que nos tienen acostumbrados los árbitros españoles. Porque en el Ruiz de Lopera hubo de todo: una histriónica expulsión de Víctor Valdés, penaltis bien señalados (el primero, a Saviola) y mal pitados (lo del portero azulgrana a Dani), dos postes (Iniesta, al principio, y Van Bronckhorst, al fi nal), un gol mal anulado (Motta derriba a Rivas, y no al revés), ocasiones en ambas áreas, amonestaciones a porrillo y, en defi nitiva, un partido roto desde que el Barça se quedó con diez hombres desde el minuto 32.

Lo ocurrido desde ese momento modificó totalmente el rumbo de un match que presumía mucho y que acabó convertido en un carrusel de despropósitos, idas y venidas y la sensación de que podía ganar cualquiera, pero de que el empate (el noveno con el de ayer) no era un mal resultado.

Con 0-1 y con el balón en pies de un Xavi imperial que cada día va a más, el Barça caminaba hacia su séptima victoria consecutiva como visitante, lo que le habría igualado en la historia a aquel Madrid de la temporada 60-61. Saviola había ratoneado en el área hasta sacar un penalti que anotó, aunque sólo después de que Prats le enviase su rechace a los pies.

El Betis tuvo su oportunidad cuando Rivas cabeceó a gol un córner, pero Lizondo Cortés empezó sus desvaríos anulándolo por presunta falta a Motta, cuando fue éste el que agarró al bético. Motta, al que dieron una pastilla porque se empezaba a encontrar mal, abandonó el campo por Gerard (¡que a su vez acabaría expulsado!) antes de que todo el decorado diese un cambio brutal con la roja directa a Víctor Valdés por un empujón a Ito que el línier (¿otro Rafa no me jodas?) interpretó como agresión. Allí se rompió el dominio del Barça, porque Frank Rijkaard se vio obligado a sentar a un jugador de campo (Luis García) para poder poner a un inseguro Rüstü bajo los palos. Y también a modificar la estructura de un conjunto que, a pesar de ser uno menos, siempre dio la cara y buscó otro triunfo que coleccionar en esta segunda vuelta excepcional.

No supo el Betis aprovechar la tesitura. Joaquín lo intentó en vano, Alfonso (al que Cocu hizo un penalti que también se tragó el colegiado) tuvo algunos minutos de inspiración y sólo Benjamín tiró del carro bético con categoría. De hecho, fue el Barça quien tuvo más cerca el segundo gol, en contras que Xavi, Iniesta y Saviola estuvieron a punto de convertir.

El Barça se marchó de Sevilla invicto tras 13 jornadas, pero con dos expulsados más y la sensación de que, ahora sí, el sueño de la Liga es eso: un sueño.

El detalle: Ronaldinho se entrenó y a la grada

Hubo sorpresa en el estadio cuando Ronaldinho, inhabilitado para jugar, se entrenó junto a sus compañeros antes de empezar el partido. Pero sólo fue eso, porque acabó en la grada.