Morientes acerca al Mónaco a la final

Champions League | Mónaco 3 - Chelsea 1

Morientes acerca al Mónaco a la final

Morientes acerca al Mónaco a la final

REUTERS

El madridista rompió el partido con un derechazo por la escuadra

Fernando Morientes se ha empeñado en dar gloria al Mónaco y lo va a conseguir, Stamford Bridge mediante. El madridista grabó ayer una nueva muesca en su cartuchera europea (ocho goles en diez partidos) y acercó al Mónaco a la final de Gelsenkirchen, aquella a la que apuntaba el Madrid de sus amores. Todo ello con un derechazo al mentón del Chelsea que dejó al rival tendido sobre la lona. El K.O. definitivo llegó cinco minutos después, con el 3-1 fi rmado por Nonda nada más entrar entrar en juego tras suplir al capitán Giuly.

El latigazo del Moro hizo justicia a un partido en el que Desailly y Makelele, exponentes del fútbol francés en el extranjero, pagaron al balompié galo con la peor moneda, la de la farsa, la del teatro mal hecho y traidor que engañó a Urs Meier, pero a nadie más. Desailly tumbó a Morientes de un codazo que exigía penalti y expulsión, pero hizo mutis por el foro sin el merecido castigo. Minutos después, Makelele fi ngía una agresión por parte de Zykos, quien vio injustamente la roja.

Sin embargo, en lugar de venirse abajo, el Mónaco mostró con diez hombres su mejor versión, la faz anárquica que le sirvió para plantarse en las semifinales europeas. Ahí le ganó la partida Deschamps a Ranieri, el hombre que precisamente le relevó en el banquillo del Chelsea en el verano de 2000. Ahí aireó el Mónaco las vergüenzas de un Chelsea que, acostumbrado a la racanería, al cerounismo, fuen incapaz de plantar pie y medio en la final pese a la entrada en escena de Verón y Hasselbaink.

Giuly y Rothen. Surgieron entonces el mejor Giuly y el mejor Rothen, las bandas que dan aire al equipo del Principado. El capitán había sido ahogado por Bridge, que justifi có cada centavo de su fi chaje al Southampton (11 millones de euros), pero en el rush final, con Makelele y Lampard cansados, rescató el motor turbodiesel con el que ya desquició en su día a Real Madrid y Deportivo.

El Mónaco se fue arriba, Morientes clavó el primer remate que tuvo en la escuadra de Ambrosio y éste, tercer meta del plantel inglés (por detrás de Cudicini y Sullivan), quedó temblando hasta que el primer remate de Nonda, un chut de plastilina, le dobló las manos. Partida en Montecarlo, cuna del casino, y pierde la banca. Los millones de Abramovich (22ª fortuna del mundo) no sirvieron para frenar a un Mónaco pobre en dinero (55 millones de euros de deuda), pero millonario en ilusiones. Que se lo digan a Morientes.

El detalle: Cuatro semifinales de Claude Makelele