Una canasta milagrosa de Fisher resucita a los Lakers

En cuatro décimas de segundo, Derek Fisher creó la canasta imposible, pero el milagro de los Lakers no hubiera sido posible sin la sangre fría de Phil Jackson. A cuatro décimas del final del quinto Spurs-Lakers, semifinales de la Conferencia Oeste, los Spurs pasaban arriba, 73-72: un tiro-plegaria de Tim Duncan, que lanzó el balón al cielo oscurecido por la mole de Shaquille O´Neal. Duncan cayó y preguntó si aquello había entrado. El SBC Center hervía. Los Lakers habían llegado a mandar por 45-61. Tras la cesta de Duncan, Jackson, impasible, pidió tiempo. Tiempo: cuatro décimas.

A esas cuatro décimas del sirenazo final, Jackson dibujó una jugada-milagro para Kobe Bryant: 22 puntos, atendido con suero, hiperventilado. Los Spurs no dejaron recibir a Bryant. Y...

Y Fisher, que salía de bloquear a Bryant, cortó una milésima por delante de Ginóbili: zurdo contra zurdo. Incómodo para el defensor. La media vuelta de Fisher se remató sobre el sonido de la bocina: 73-74, Lakers... y la NBA no estimó la reclamación de los Spurs. Los Lakers dominan 3-2 y pueden sentenciar hoy, ya en Los Angeles.