El Getafe se acostó ayer en puestos de ascenso y su afición vivió una tarde mágica en el Coliseum. 9.000 personas vibraron con el juego y la entrega de los azulones y empiezan a verse en Primera División, aunque quedan cinco jornadas que prometen ser de infarto. Ahora ya nadie tiene dudas. El Getafe tiene todo el derecho del mundo a soñar con la gloria del ascenso. Se lo ha ganado a pulso.

Los de Uribe ganaron por ambición y porque la clasificación no miente. Hoy por hoy, son mucho mejor equipo que el Elche, pero hay que hacer una mención especial para su pareja de delanteros. Craioveanu es el ojito derecho de la afición. El rumano pone la fantasía, la experiencia y, sobre todo, alegría. Suyo fue el gol que rompió el empate y resolvió el partido. Los otros dos los anotó Pachón, que desde que se lesionó Míchel y apareció como titular ha firmado un promedio goleador increíble: lleva cuatro goles en tres partidos. Para empezar hubo susto. Había salido el Getafe arrollador, cuando un despeje de la defensa ilicitana encontró a Nino, que no perdonó en el mano a mano ante Sergio Sánchez. Podía haber sido determinante si los azulones no hubieran reaccionado con fe, pero lo hicieron y bien pudieron dar la vuelta al marcador antes del descanso. Sin embargo, sólo Pachón acertó a batir a Dani Mallo.

También hubo sustos en el arranque de la segunda mitad. Todos ellos concentrados en el minuto 5, en el que el Elche tuvo tres claras ocasiones, pero su desacierto y una gran intervención de Sergio no le permitieron volver a adelantarse en el marcador. Desde entonces, el choque se convirtió en un monólogo del Getafe, que fue acumulando oportunidades de gol hasta que Craioveanu acertó con un disparo lejano. Gica había pedido el cambio un poco antes, aunque le dijo a Uribe que le dejara dos minutos más en el campo. Esos 120 segundos fueron providenciales para la suerte final del encuentro.

El rumano celebró efusivamente el gol con la grada y cuando ésta aún saboreaba el gesto, volvió a aparecer Pachón. Luchó por el balón como si fuera el último de su vida y remató con rabia para hacer el 3-1, sentenciar el partido y dar paso a la fiesta. Lo único negativo, el despido de Ruggeri. El técnico argentino no apareció por la sala de Prensa y fue destituido por la noche.

Ambientazo en el Coliseum

El Coliseum registró ayer la mejor entrada de la temporada. 9.000 personas animaron al Getafe sintiéndose muy unidas a un equipo que está cada día más cerca de Primera. "La gente se ha dado cuenta de lo importante que es su apoyo. La afición será fundamental en los partidos que quedan", dijo Ángel Torres.

Ruggeri fue destituido

Ramón Sánchez, presidente del Elche, confirmó ayer la destitución de Óscar Ruggeri como entrenador del equipo ilicitano. La derrota en Getafe fue el detonante y José Antonio Morante, Lico, secretario técnico del club, ocupará su puesto. Con Ruggeri, son ya 20 los técnicos que no han podido terminar la temporada.