El club espera que Roberto se nacionalice

El club espera que Roberto se nacionalice

La negociación con Roberto Carlos ha sido dura, a la vez que ha servido para demostrarle al presidente que Camacho, al revés que su predecesor en el cargo, el portugués Carlos Queiroz, tiene mano sobre los jugadores. Gracias a Camacho se ha llegado a un acuerdo con Roberto Carlos. Eso, con los otros que antes negociaban, era imposible. El jugador se había cerrado en banda, no quería ver a Valdano y estaba a punto de firmar por el Chelsea. Ahora ya no. El nuevo técnico ha convencido al brasileño con hechos. Primero, al incluirle, cuando tuvo ocasión, entre sus favoritos para el FIFA World Player, detalle que Roberto siempre ha sabido agradecer; y segundo, reconociéndole sus grandísimas virtudes como futbolista. Después de estas gestiones el acuerdo con Roberto es total, a falta de la firma: tres años más con opción a un cuarto si en el último juega más de 30 partidos. Lo que el Madrid negocia ahora con el brasileño es que éste, como antes ya hizo su compatriota Flavio Conceiçao, consiga la doble nacionalidad, lo que daría vía libre para poder alinear a Luisao en la Liga (en la Champions no hay límites para ello) y solucionar el problema de exceso de extracomunitarios que con la llegada del central del Benfica tendrá el Real Madrid. Serían cuatro: Ronaldo, Roberto, Samuel y Luisao. En realidad, el acuerdo con Roberto Carlos, que como todo lo demás se quiere anunciar en las próximas 48 horas, es un alivio para Florentino. Que al presidente le sea más o menos simpático es lo de menos; lo que importa es que las encuestas que con tanta frecuencia, naturalidad y fe ciega maneja Pérez dicen una y otra vez que Roberto Carlos es uno de los héroes del madridismo en todo el mundo, y un referente en el estadio Santiago Bernabéu. Camacho ha convencido a Roberto y de paso le ha quitado al presidente de la cabeza la idea de dejar que el magnífico lateral de la selección de Brasil dejara el Madrid por muerte dulce: al acabar contrato.