Menchov se apunta

Vuelta a España | 5ª Etapa

Menchov se apunta

Menchov se apunta

JESÚS RUBIO

Ganó el ruso y confirma candidatura. Vinokourov descartado

Hace dos años, este periódico tituló Indurain de Siberia cuando Denis Menchov, entonces Banesto (como ahora), ganó en el Mont Ventoux, mítica montaña en la que se impuso, entre otros, a Lance Armstrong. El apodo recién acuñado se apoyaba en una cierta licencia poética, pues Menchov no es siberiano, sino que ha nacido en Orel, al sur de Moscú, pero ya que intuimos que los rusos nos imaginan a nosotros con sombrero cordobés y guitarra, nos permitimos corresponder al tópico e imaginar al niño Menchov vestido como Miguel Strogoff, con gorro y orejeras.

Pues no. No a nada. Ni siberiano, ni rubio, ni excesivo parecido con Miguel Indurain, excepción hecha de la coincidencia de equipo y mentores, Echávarri, Unzue y Lafargue, su descubridor. De hecho, Menchov es más Perico que Indurain y más español que ruso. Residente en Pamplona desde los 20 años (tiene 26), su carrera deportiva está marcada por esa inconstancia latina que mezcla actuaciones geniales y algunas desapariciones en combate.

Otra cosa fue que el Banesto, desde los tiempos del Reynolds cantera inagotable de ciclistas españoles, quisiera convertirlo en el hombre del futuro. Entiendo que debe ser complicado encontrar una joya y renunciar a ella por su procedencia, pero también es verdad que los equipos españoles con figuras extranjeras han logrado una publicidad contraproducente, pues han conseguido tantos triunfos como distanciamiento de los aficionados medios, pienso en el CLAS de Rominger y en la ONCE de Zülle y Jalabert. Queda Mancebo, lo sé, pero el choque de intereses con el ruso me temo que es sólo cuestión de tiempo.

En fin, que Menchov ganó la primera etapa verdaderamente significativa de la Vuelta y lo percibimos como una fantástica victoria foránea más que como el triunfo de un equipo español. Digo etapa significativa porque sirvió para descartar a los primeros candidatos. Vinokourov perdió 17 minutos, víctima de una infección estomacal que obligó a retirarse a sus compañeros Wesemann, Botero y Hieckmann. Sevilla, por si alguien dudaba de que su jefe es americano, se quedó en el primer puerto y cedió al final 56 segundos. Zubeldia y Pecharromán, absolutamente decepcionantes, entregaron seis minutos en meta.

Se confirmaron, en cambio, Valverde y Cunego (este de momento), cuyos equipos controlaron la carrera, así como Heras, Sastre, Mancebo, Beloki, Landis, Evans (ojito) y Hamilton, además, claro, del ganador, Menchov, al que Balaverde apunta como el más fuerte. Garzelli, en tierra de nadie, perdió 21 segundos y aún podría volver.

Si no incluimos a Aitor González entre las confirmaciones es porque merece capítulo aparte. Fue el verdadero animador del puerto de segunda y de la ascensión final, imponente, herido en su orgullo porque su director ha asegurado que no le renovará porque no ha rentabilizado su contrato. Y es como si Aitor sólo reaccionara en situaciones así, cuando se le pone en duda. Ya lo hizo en la Vuelta que ganó, cuando se mereció el sobrenombre de insurrecto por no aceptar (con razón) el liderazgo de Sevilla. Y es una pena que sólo se comporte como un campeón cuando le azuzan, cuando hay que buscar un equipo.

El nuevo líder es Beltrán. Comparte gloria con el Perico de Orel y con el Aitor de Siberia.