Constantino Zaballa (1978, Udias de Cantabria), más conocido como Tino, por fin logró una gran victoria para dedicársela a la memoria de su madre. Y la logró en una especialidad que domina: una larga escapada. Su combatividad le hizo ganar en el Giro 2003 la Fuga Piaggio, que premiaba con una scooter al ciclista escapado más kilómetros. Lo que pasa es que al final ni le dieron la moto, ni el dinero, revela su director, Matxin. Zaballa es una de las debilidades de Matxin, quien ya le tuvo en el equipo amateur del Saunier Duval en 2000, donde coincidió con Santi Pérez, David Arroyo, Jonathan González, Gorka Beloki, Fernández de Larrea De los veintiún ciclistas de aquel año, dieciséis han pasado a profesionales, recuerda con orgullo su director.
Tino llegó al ciclismo a los 17 años de forma curiosa, porque él era un destacado atleta del Club de Cabezón de la Sal, con el que logró el título cántabro juvenil de media maratón, la plata en 10.000 m. y el bronce en 5.000 m. Un día me hice unas pruebas de esfuerzo en Santander, pero como el tapiz rodante estaba averiado, las pasé en la bicicleta estática. Juan Carlos Gómez, mi preparador y ahora cuñado (Zaballa es el novio de su hermana Laura), me convenció para dedicarme al ciclismo, cuenta Tino.
