El gurú Lundgren es el gran secretodel nuevo Safin

La historia de los guías espirituales que hacían algo parecido a magia con tenistas buenísimos no es tan nueva. A Bjorn Borg le asesoraba en sus mejores tiempos un lord inglés arruinado que se cambió el nombre a su expresión oriental y se hizo llamar Tia Honsai. En el circuito de los años 70 y 80, llamaban a Honsai El Doctor Muerte. El modisto gay Ted Tinling tuvo que ver en la maduración deportiva de Martina Navratilova. Ion Tiriac y Nick Bolletttieri han tenido fama de gurús, además de buenos entrenadores. Pero ningún gurú ha conseguido records con jugadores mediocres. Hay un caso curioso: el de Peter Lundgren, el reconstructor de Marat Safin.

En el otoño de 2003, Lundgren, un bon vivant sueco de 38 años con residencia en Mónaco (como Borg), había sido despedido amistosamente por Federer. Lundgren, ex jugador (mediocre) en el circuito ATP había visto oro a través de la comodidad y desmotivación que difuminaban el estupendo juego del superclase suizo. Con psicología, Lundgren ayudó a Federer a llegar a la cima. Y cuando Federer, su familia y su novia, Vera Vavrinec verificaron que podían seguir arriba sin pagar el sueldo a Lundgren, despidieron a éste amistosamente. Como se ve, Federer no necesita gurú para ejercer como número uno. Y Lundgren si tiene su gurú particular: el trainer o preparador multiuso Walt Landers.

Marat Safin sí requería una estabilización espiritual. Antes fallaba en los grandes torneos y sufría al presionarme demasiado en busca de grandes objetivos. Y pensé en un hombre como Peter, cuenta Safin. Marat prescindió amistosamente de Golovanov, el entrenador que le había llevado desde que dejó la escuela de Rafa Mensúa, en Valencia. El pasado abril, en Estoril, Safin y Lundgren se dieron la mano. Quiero ser un amigo que le regularice el drive y el revés cortado, dice Lundgren. Me ha hecho más maduro,revela el nuevo Safin. Amigos.­