Hoy, Estados Unidos vota. Elige entre seguir con George Walker Bush (6-7-1946, New Haven, Connecticut) o dar el mando a John Forbes Kerry (11-12-1943, Denver). Entre Republicano o Demócrata. Entre un ex propietario de los Texas Rangers de béisbol o un hincha de los Boston Red Sox que prefiere el hockey sobre hielo al bate. El actual presidente ejerció como propietario de los Texas Rangers, del estado donde fue gobernador y antes extractor petrolero, entre 1989 y 1994. Bush compró unos 600.000 dólares del accionariado (aproximadamente el 2%), pero ejerció como jefe de la franquicia por consenso con el grupo de propietarios.
De esos tiempos recuerda que le gustaba sentarse en la grada, aunque estuviera obligado a escuchar insultos. Algo que no ha cambiado mucho tras su paso a la política. Antes, en su época universitaria, Bush ejerció como pitcher de Yale (la misma universidad donde estudió Kerry), pero el moderado éxito le orientó hacia labores directivas.
En cuanto al senador por Massachusetts, es seguidor de los Red Sox, que acaban de ganar el título después de 86 años de sequía tras sacudirse la maldición de Babe Ruth. Por eso, ser seguidor de los medias rojas es, en clave española, algo así como ser sufridor del Atlético. Este año, en semifinales, consiguieron remontar un 3-0 contra los Yankees y ganar la final a los Cardinals. En el segundo debate frente a Bush, el demócrata se atrevió a sacar su vena roja. En los cuatro años que lleva de presidente, no ha vivido en la realidad. Eso está bien si se es un pobre seguidor de los Red Sox como yo, pero usted es el presidente de todos los americanos, espetó Kerry. Los de Boston parece que vuelven a enterarse de algo. Le han perdido el respeto al poder.cen los clásicos que cuando Estados Unidos estornuda, Europa se constipa. Y, por ende, España. El 2 de noviembre puede cambiar el inquilino de la Casa Blanca y John Forbes Kerry (11-12-1943, Denver) daría otro toque deportivo a la Casa Blanca. El senador por Massachusetts difiere en sus gustos de George Bush y tiene un especial interés por deportes y actividades de las consideradas de riesgo, además del gusto por el fútbol (europeo) desde que en sus tiempos de estudiante en Yale integró el equipo del hasta hace poco denostado soccer. En el currículum del candidato demócrata figura un hito del que hace gala cuando habla sobre deporte: Recuerdo un hat-trick que marqué contra Harvard en 1965 que fue realmente divertido. El fútbol puede estar, por fin, más cerca del corazón del Imperio, aunque la pasión reconocida del ex veterano de Vietnam sea el hockey sobre hielo.
También el surf. En él encuentro una mezcla de habilidad con emociones y sensaciones -relató a Windsurfing magazine, del que fue portada-. También una forma de meditación porque debes estar concentrado contra las olas, el viento y los obstáculos. Todas las fuerzas juntas contra tí. Tanto le gusta lo de surfear, que se atrevió con 55 años a hacer una travesía de 40 millas que le llevó seis horas y medida y que ha repetido en cuatro ocasiones junto a algunos ex olímpicos.
A Kerry le va la marcha. Se atrevió a correr el maratón de Boston en los ochenta, en la universidad consiguió el título de piloto acrobático y llegó a plantearse pasar bajo el Golden Gate de San Francisco, practica el snowboard y disputó una carrera ciclista el pasado agosto de 110 millas en la que quedó 32º entre 3.700 corredores. Bush es mejor a la carrera y yo juego mejor al hockey. No debemos competir ni en el asfalto ni sobre el hielo, ¿qué tal el windsurfing. Ahí ganaría la Casa Blanca.
