Siete jugadoras rusas entre las veinte primeras del ránking mundial. Tres títulos de Grand Slam este año. Cinco tenistas entre las ocho participantes en el Masters de Campeonas que comenzó anoche en Los Angeles. Este año el circuito femenino habla ruso. Los nombres de las campeonas suenan así: Maria Sharapova (Wimbledon), Anastasia Myskina (Roland Garros), Svetlana Kuznetsova (Open USA) y Elena Dementieva (finalista en Roland Garros y en Estados Unidos). A ellas les acompañan en la élite talentos como Vera Zvonareva (la octava tenista que completó el Masters junto a sus compatriotas, Davenport, Serena Williams y Mauresmo), Nadia Petrova y Elena Bovina. El tenis ruso, bien condimentado con la ayuda de técnicos extranjeros, ha dado un golpe de mano este año y todo indica que no tardará mucho en dominar el circuito.
La eclosión más significativa ha sido la de Maria Sharapova, la belleza siberiana que ha desbancado a la desaparecida Anna Kournikova en el Olimpo de las más deseadas. Desde su imponente 1,83 mira hacia el futuro con el descaro que le dan sus 17 años, el salto desde el puesto 32 al 6 de la WTA esta temporada y una perspectiva de contratos publicitarios que marea. Es la nueva Lolita del circuito y como tal la consideran los patrocinadores y los rectores del circo. Se trata de una generación que promete dar mucha guerra, porque sus edades están comprendidas entre los 17 años de la vencedora de Wimbledon y los 23 de Myskina y Dementieva. Del 24 al 28 de este mes, en Moscú, lucharán también la Copa Federación. Un equipo de armas tomar.
