Ciudad Real dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria al doblegar en Dinamarca al Gudme por 16 goles de diferencia. El equipo español necesitaba, después de dos traspiés que había sufrido en Supercopa y Liga española, primero el triunfo, y después reencontrarse con su juego.

Estas dos cosas las consiguió rápidamente desde los primeros minutos, porque el equipo salió muy mentalizado con espíritu de fortalecer todo lo mal que habían hecho anteriormente y desde el pitido inicial hasta el final siempre dominó a los daneses.

Fue clave la defensa en avanzado 5-1 que puso en pista Juan de Dios Román para que con Kallman en el vértice del triángulo cortase la fluidez del juego entre el central con los laterales daneses.

En ataque, Stefanson comenzó intratable porque todo lo que llegó a sus manso lo convirtió. Pero además, el islandés se dedicó a buscar siempre con acierto a sus compañeros, al lateral Pajovic o al pivote Uríos, que desde los nueve y seis metros, respectivamente, una y otra vez machacaron a Henriksen.

Con comodidad aún mayor conforme iban pasando los minutos, el conjunto español iba abriendo diferencias cada vez mayores. Sterbik firmó una primera parte con doce intervenciones y, además, detuvo un penalti a Sggert.

Según pasaban los minutos, sobre todo en esta primera parte Ciudad Real convirtió lo que lanzó. Solamente fallando dos acciones por mediación de Kallman, una se le fue fuera y la otra la detuvo Henriksen, que fue lo único que hizo en la primera parte.

En la reanudación, un parcial 5-0 favorable a los españoles rompió definitivamente el partido. Los daneses se vieron superados en cada uno de los tramos del partido y Ciudad Real se dedicó a darse un festín de goles de juego y de ánimo.