Habría que remontarse a los años ochenta para encontrar un tenista de éxito sin técnico: fue otro genio, John McEnroe. Federer va por libre, pero se apoya en un equipo que le acompaña allá por donde va. Lo encabeza su novia Mirka Vavrinec, una ex tenista que actúa como su representante y relaciones públicas. También lo integran sus padres, Robert y Lynette, que vigilan los acuerdos comerciales; un sparring, el ex jugador Reto Staubli, y un fisioterapeuta, Pavel Kovac. Su preparación física la vigila su compatriota Pierre Paganini. No parece que Federer esté dispuesto a cambiar y someterse de nuevo a la disciplina de un técnico, pero sí que alternará con alguno. Es el caso de Tony Roche, un antiguo jugador australiano que dirigió a Lendl o Rafter, con el que se encuentra ya en Australia colaborando para llegar bien al primer grande de la temporada, el Open de Australia.