El médico Prentice Steffen fue despedido del US Postal muy poco antes de llegar Armstrong porque no aceptó administrar productos prohibidos a los corredores, según denunció. Tras el sexto Tour dijo que "Lance ha batido un récord inmerecido".
El neozelandés Steven Swart reveló que se dopó (1994-95) en el Motorola cuando Armstrong era jefe de filas y que algunos compañeros iniciaron un plan organizado de dopaje con EPO.
Armstrong comenzó una relación con el doctor Ferrari en 1996 y le llegó a comprar un Rolex tras ganar el Tour 2000. El galeno italiano fue condenado después a un año de cárcel (que no cumplió) por "fraude deportivo y ejercicio abusivo de su profesión". Lance se mostró "decepcionado" por ello.
Su compatriota Greg LeMond le acusó implícitamente en las páginas de Le Monde tras el Tour 2004: "En la bici no hay milagros. Lance está dispuesto a todo para preservar su secreto, pero no sé cómo nos convencerá de su inocencia".
Armstrong impidió una fuga de Filippo Simeoni en el pasado Tour porque éste confesó que Ferrari le recetó EPO en 2001. El texano le llamó "mentiroso" y Simeoni declaró ante la Brigada de Estupefacientes de Florencia.