Iker Romero, el jugador vitoriano del Barcelona, resumió la recepción de ayer en la Zarzuela "como el colofón a todos los homenajes que ha recibido la Selección" tras conquistar el título Mundial en Túnez. El Rey Juan Carlos les agradeció el esfuerzo y, además, les pidió algún título más en los próximos compromisos, "en un tono muy cordial en el que se interesó por todos nosotros", aseguraba Hombrados, el portero del Ciudad Real.

A la recepción real llegaron todos los componentes de la Selección. La única ausencia fue la del hispano rumano Alexandru Buligan, el responsable de los porteros en el Mundial, que está internado en un hospital navarro desde el martes por culpa de unos problemas gástricos.

Por momentos también se temió la ausencia de los jugadores del Barcelona, que llegaron a la Zarzuela en taxi por culpa del horario del puente aéreo.

En el saludo a los jugadores de la Selección, dentro de la relación distendida con todos los jugadores, Don Juan Carlos estuvo especialmente cariñoso con los dos ilustres veteranos, Mateo Garralda -"os recibo solo porque la Reina y el Príncipe están fuera de España e Iñaki (Urdangarín) en Valencia"- y David Barrufet, a quien abrazó de manera complice por su buen trabajo en Túnez.

La Federación Española no quiso acudir a la recepción real con las manos vacías, y le regaló a Don Juan Carlos una réplica exacta de la Copa del Mundo que le entregaron en Túnez. Pero redondear el gesto no ha sido sencillo, e incluso el martes no se sabía si se podría conseguir toda vez que el encargo se hizo a la empresa original que diseño la Copa, radicada en Italia.