Del bombo de Copa Davis salió ayer en Londres el rival contra el que España, actual campeona que la pifió en primera ronda contra Eslovaquia, se jugará la permanencia en el Grupo Mundial: Italia. Es decir, jugadores a los que también se les da bien la tierra, sin un palmarés reseñable, pero con la desventaja de tener que jugársela en territorio comanche, probablemente en el caliente Nápoles y no el Foro Itálico de Roma, donde los transalpinos liquidaron a Marruecos por 4-1 la pasada semana. El capitán, Carlo Barazzutti, dejó caer la posibilidad de llevar la eliminatoria a una superficie rápida, y no a la tierra, y hacerle de este modo a los españoles la eliminatoria lo más incómoda posible. La historia dice que España nunca ha ganado en Italia (5 visitas) y el balance total es de 7-4 favorable a los transalpinos, pero ahora soplan otros vientos.

"Sé que todos los jugadores van a arrimar el hombro y espero que todos se presten, Nadal. Ferrero...", predice el presidente de la Federación, Pedro Muñoz mientras uno de los capitanes, Jordi Arrese advierte que Italia es un equipo "al que hay que respetar mucho. Había países más asequibles".

C. Barazzutti, capitán italiano

"El emparejamiento no me gusta nada. Hubiera preferido cualquier otro rival antes que España. Aún es pronto para decidir sobre qué pista se jugará. Veremos cómo evolucionan los jugadores en los meses que faltan. Lo positivo es que pelearemos en casa".