Del atletismo al ciclismo por un rodillo averiado

Del atletismo al ciclismo por un rodillo averiado

Constantino Zaballa estaba ayer en San Sebastián, pero bien podría haber estado en Helsinki. ¿Exagerado? Algo, pero en la radiografía del nuevo campeón de la Clásica donostiarra no podemos pasar por alto que se enganchó al mundo del deporte vía atletismo (también practicó karate, donde es cinturón marrón). Nació en La Hayuela, Udías, Cantabria (15-5-78), y fue en el Club Cabezón de la Sal donde comenzó a correr, entrenándose en los bosques que rodeaban su casa.

Fue campeón juvenil de Cantabria en media maratón, plata en 10.000 metros y bronce en 5.000. Podía labrarse un futuro en el atletismo pero, al acudir a un test en Santander, el tapiz rodante sobre el que debía mostrar sus condiciones estaba averiado y tuvo que hacer la prueba de esfuerzo en la bicicleta estática. El preparador físico Juan Carlos Gómez estaba all le vio y le preguntó que por qué no probaba suerte en el ciclismo. Así lo hizo.

Tini -como le llama su familia- se formó en el Kelme Costa Blanca. Ha sido campeón de la Copa de España Sub-23, miembro de la la Selección y se ha unido a una estirpe de rodadores cántabros, siempre infatigables, en la que figuran nombres como los de Martín Piñera, Santisteban, González Linares o Nozal. Ha ganado etapas en el Tour del Porvenir, en la Vuelta a Portugal y en la Vuelta a España. Se vio obligado a abandonar en el último Tour de Francia al caerse en la primera etapa. Los dolores no le dejaron cumplir el sueño de acabar la gran ronda gala. Un mes después, la alegría le llega a este lado de los Pirineos. Junto al Cantábrico que le vio nacer.