El Desafío Español cerró su particular jornada negra al perder la última prueba del Acto 8 de la Louis Vuitton de Trapani ante los franceses del K-Challenge Gandía, uno de sus rivales directos en la clasificación.

Los franceses, exultantes tras su inesperado triunfo ante los suizos de Alinghi, con lo que acabaron una tiranía de 31 victorias consecutivas este año, dominaron de principio a fin a los españoles pese a que estos estuvieron a punto de provocar que se saliera de línea en la salida y de alcanzarlos en los últimos metros.

La salida fue el único momento de gloria para el Desafío Español, que a partir de ese momento cedió la iniciativa al velero francés, que poco a poco se fue distanciando peligrosamente.

Tanto en los dos recorridos contra el viento, como en la primera empopada, los franceses estuvieron por delante de los españoles con diferencias claras que llegaron a ser de trescientos metros.

En la última empopada y un tanto a la desesperada los españoles apretaron el paso y lograron acercarse a los franceses en los últimos metros, pero les faltó un acelerón final para superarlos.

Al final todo quedó reducido a unos escasos once segundos de diferencia, pocos, pero suficientes para dejar al conjunto español maltrecho en la clasificación final.

Rozó la campanada

El Desafío Español estuvo a punto de dar la campanada en la primera jornada ante el Emirates Team New Zealand pero al final no pudo ser y los neozelandeses se impusieron por un minuto y 39 segundos en la línea de llegada.

El equipo español dominó la regata hasta el último tercio de la segunda ceñida, pero luego el viento hizo de las suyas y cuando parecía que la prueba pintaba bien para los colores hispanos todo se fue al traste.

La salida fue muy igualada y tras ella el barco español se decantó por el lado derecho del campo de regatas, mientras que su rival se fue hacia el otro lado, aunque rápidamente viró hacia el lado hispano, aunque ya no pudo evitar que el Desafío tomara la iniciativa.

Karol Jablonski, caña de la embarcación española, supo acertar cuál era el lado bueno y mantuvo al Desafío en esa parte, aunque siempre controlando de cerca los movimientos de los neozelandeses, que fueron perdiendo terreno hasta estar a una distancia de más de doscientos metros de la popa del velero hispano.

El paso por la primera baliza fue claramente para los españoles, que la montaron con una diferencia de 58 segundos, y se aprestaron para continuar la batalla en la primera popa. En ese rumbo los neozelandeses lograron acortar diferencias, aunque no pudieron evitar que otra vez el Desafío doblara primero con 32 segundos de ventaja.

De nuevo en el rumbo de ceñida Jablonski volvió a optar por el lado derecho del campo de regatas que tan buen resultado le dio en la primera, mientras que su contrincante de las antípodas decidió en esta ocasión no apurar tanto y situarse más centrado.

Ese fue, para desgracia de los españoles, el lado bueno, pues el Team New Zealand no tardó en anular diferencias y pasar a comandar la prueba con absoluta claridad, dado que pasaron por segunda vez por la baliza de barlovento con un minuto y veintiocho segundos.

La última popa fue ya fácil para los neozelandeses, que continuaron poniendo agua de por medio para cruzar la línea de llegada con superioridad.