La trilogía del deporte español en blanco y negro estaba formada por el fútbol, el ciclismo y el boxeo, tres disciplinas que lograron ilusionar y movilizar a este país entre las décadas de los 50 y los 70. Ahora, curiosamente, son estos tres mismos deportes los que ocupan los puestos de cola en los gustos de las mujeres deportistas españolas, con unos porcentajes de licencias federativas que no superan el 2%.
El boxeo (1,2%), el fútbol (1,6%) y el ciclismo (2%) no están logrando seducir a las mujeres españolas. El caso del pugilismo es más engañoso, porque hasta hace relativamente poco no estaba permitida la práctica femenina. Todavía tiene margen de crecimiento. De momento, el cine ya ha hecho suya la causa con Hilary Swank en Million Dollar Baby y Natalia Verbeke en A golpes. Boxeadoras con glamour.
El fútbol y el ciclismo han recorrido un camino más largo, pero no arraigan en las féminas. Marisol Casado, presidenta de la Comisión Mujer y Deporte del Comité Olímpico Español (COE), apunta una razón: "Hay unos deportes más masculinos y otros más femeninos... Y éstos son social y culturalmente deportes de hombres".
Contradicciones.
Su explicación no evita que ambos deportes convivan con sus propias contradicciones. El fútbol es una disciplina asociada históricamente a los hombres en España, pero en Estados Unidos lo practican mayoritariamente las mujeres desde edades infantiles. Allí lo llaman soccer para diferenciarlo del football (el que aquí llamamos fútbol americano), reservado para el género más bruto.
La contradicción del ciclismo está en sus resultados. Joane Somarriba, tres veces ganadora del Tour; Marga Fullana, doble campeona mundial de mountain bike, y Dori Ruano, oro mundial en pista, han rendido al máximo nivel sin conseguir que aumenten las licencias femeninas.
"Las niñas sí practican el ciclismo en las escuelas, pero cuando son adolescentes lo dejan. Debemos hacer algo", dice Fulgencio Sánchez, presidente de la Federación Española. El porqué lo explica Dori Ruano en la columna de opinión que acompaña a este reportaje: "Cuando los niños y las niñas dejan de competir juntos, los clubes no tienen equipos femeninos para que las chicas sigan".
Ciclistas y futbolistas repiten las palabras "discriminación" y "machismo". Dori habla incluso de menús distintos en los Mundiales para hombres y mujeres. Y Nerea Onaindia, ya retirada del fútbol, cuenta su experiencia: "He pasado por muchos equipos en 20 años. En los que había directivas masculinas éramos las últimas, siempre nos daban los peores vestuarios, los peores horarios...".
En el lado contrario de la pirámide sólo hay dos deportes donde las mujeres son mayoría, en gimnasia (83,3%) y voleibol (53,8%), y un tercero que la roza, la hípica (49,7%).
Los datos generales muestran que sólo el 16,3% de licencias totales del deporte español, que ascienden a 2,3 millones, son femeninas. Pero aquí surge otra contradicción. En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el 40,61% de los participantes eran mujeres. La élite reduce las diferencias.
